Lo hemos visto antes y mejor contado.
"Al borde del abismo" es como la versión masculina de "Bajo el sol de la Toscana" y está en la línea de películas sobre un hombre o mujer maduro que viaja a un lugar retirado con miras a darse un espacio y replantearse su vida tras "un evento" difícil o complicado en su vida. Sí, ahí están también "Noches de tormenta", "Un buen año" e incluso muchas comedias románticas, aunque "Al borde del abismo" no es una. Es también, por cierto, homónima de varias películas, la más famosa, "Al borde del abismo" (Man on a Ledge" de 2012 con Sam Worthington).
La historia es de John (Harry Connick Jr.), un exitoso músico cuya carrera está en declive. Ha comprado una casa en un acantilado. La vista es espectacular, hasta que se da cuenta que es también un punto predilecto para suicidad. Sí, un día sí y el otro casi que también, alguien va con ese propósito. Así que John se propone poner una cerca para evitarlo y para conseguir la privacidad que busca, pero la dinámica del pueblo mediterráneo al que ha llegado no lo permite. Pronto todos saben que está ahí y pronto se descubre que la selección de lugar no ha sido del todo azarosa. John tiene historia en ese lugar.
Los trucos de "Al borde del abismo" la hacen justo evitar el que tenga ese destino. Lo disparatado pero posible de haber comprado una casa en un lugar donde la gente vaya a buscar su fin es trágicamente cómico y suficiente como para despertar la curiosidad. De ahí, la película es un poco engañosa. Se toma su tiempo en dejar claro que al final se trata de que John se "abra" y resuelva sus errores del pasado. Antes juega con la posibilidad de un romance (en el pueblo están preocupados por su soltería y rápidamente le buscan citas), en especial con Melina (Ali Fumiko Whitney), una cantante y repartidora local, pero luego se descubre que en realidad va de Sia (Agni Scott), la médico del lugar y con quién comparte pasado. Sí, es una historia de amor.
"Al borde del abismo" tiene sus buenos momentos. Tiene, en general, buenos ingredientes. Están hemosos paisajes. Está un actor solvente y de larga trayectoria como Harry Connick Jr. ("Vientos de esperanza", "Winter: El delfín", "Will & Grace"), quién es también un exitoso cantante. Están buenas puntadas y esa picardía que viene muy bien cuando se mezclan y contrastan costumbres locales, quizás para algunos estén pasadas de moda, pero que o dejan de ser divertidas en su inocencia y buena voluntad. Está una buena química entre Connick Jr. y Scott que, sin embargo, se queda apenas ahí.
El filme plantea que el más grande éxito de John es una canción sobre una chica en la playa. Esa chica es, desde luego, Sia. Entonces, la promesa es que Sia es espectacular. Agni Scott es una buena actriz, de buena presencia, con encanto, pero el filme pedía alguien como Monica Bellucci. Scott está fuera de cast. Luego, también promete un amor de esos arrebatadores al estilo de "Diario de una pasión" o como la que han demostrado Richard Gere y Diane Lane en "Noches de tormenta" e "Infidelidad" y ese fuego nunca aparece. Por otro lado, está justo el indicativo mismo del título que se queda en hipérbole. Es decir, John se ha refugiado en la isla porque emocionalmente está "al borde del abismo" (al igual que su carrera), eso tampoco nunca se ve; nunca se cree que el protagonista esté en una crisis “de vida o muerte”. Fuera de que esté algo deprimido como denota su look "fodongo" que bien podría ser porque es "alternativo" nunca está realmente tentado a tirarse al vacío y ponerle fin a todo.
Entonces, "Al borde del abismo" está todo el tiempo haciéndole honor a su título. Podría fácilmente convertirse en una mala, pésima, película. Podría también convertirse en una "gran historia de amor". No es ni una ni la otra. Es simplemente una más.
❤️❤️
EE. UU. 2024 - 1h 33m
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