¿Cuál era la necesidad? ¿Quién pensó que era una buena idea?
"La chica del tren", thriller bestseller de Paula Hawkings, llegó al cine en 2017 de manos de Tate Taylor ("Historias cruzadas, "Ava") y con Emily Blunt como protagonista. El resultado fue regular en todos los sentidos aunque Blunt salió bastante bien librada. Las intenciones eran que siguiera los pasos de "Perdida" novela con la cual fue comparada. "Mira, la chica del tren" es la versión india.
La historia va de Mira (Parineeti Chopra), una joven abogada que tras un accidente comienza a beber, lo que contribuye a que su matrimonio termine. El tren en el que viaja le permite ver la casa de su ex y en una de esas vistas termina involucrada en un asesinato.
"Mira, la chica del tren" es un caos. En gran medida respeta la historia, sólo agrega antecedentes, cambia la raza de los personajes e incluye un giro al final para dar otras alternativa de asesino. Ese no es tanto el problema. La cuestión está en que es demasiado ambiciosa, demasiado pretenciosa.
Desde un principio falla en establecer empatía por la protagonista. El inicio brinca entre géneros, comienza como thriller, luego hay una boda, incluso un número con toques de Bollywood que serían apropiados para una comedia romántica. Es un agregado innecesario. Todo el tiempo tiene en voz en off a Mira, recurso que cansa y se vuelve repetitivo. Y ese es un problema en varios sentidos. El filme abusa de los flashbacks entrecortados y revela más de lo que debe. Quizás la ironía de todo está en que igual que su protagonista, la película está confundida, no sabe quién es ni qué quiere y eso le funciona a la protagonista, pero no la película.
A esta versión, Netflix le agregó el "mira" como parte del título. La verdad que debió agregarle un "no" antes. Si la primera versión falló, ésta es mucho, mucho peor. Es de esos casos en los que es seguro decir, "evítala, no pierdas tú tiempo".
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India 2021 - 2h
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