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"Los ojos de Tammy Faye" de Michael Showalter

La diferencia la hacen Jessica Chastain y Andrew Gardfield.

"Los ojos de Tammy Faye" fue primero un documental en 2000. En aquél entonces se hizo de tres premios y seis nominaciones. En 2022, serían 20 y 41, incluidas victorias en sus dos nominaciones al Oscar: Mejor Actriz y Mejor Maquillaje y Peinado.

Tamara Faye Messner, conocida como Tammy Faye, fue una conductora, cantante y evangelista norteamericana que alcanzó gran celebridad durante los 70's y 80's gracias al The PTL Club (Praise the Lord or People that Love), un programa cristiano que conducía con su esposo Jim Bakker. Faye caería en desgracia luego de descubrirse que Jim había cometido fraude, a lo que se le sumaron infidelidades con mujeres y hombres. Tammy ha pasado a la historia como un personaje excéntrico y glamouroso, de ahí parte de la pertinencia del título, pero también ha trascendido gracias a su mirada incluyente de la comunidad LGBT+ y de las personas con SIDA, por quiénes abogó en un tiempo donde la Iglesia los tenía relegados.

Como biopic, "Los ojos de Tammy Faye" sigue el modelo tradicional. Comienza en la infancia de Faye, como la hija mayor de una madre que la tuvo en un matrimonio anterior, lo que la dejaba "fuera de los preceptos de Dios". De ahí salta a su juventud cuando conoce a Jim, a sus inicios como predicadores con marionetas, su fama, caída e intentos por volver. El filme trata y corre con bastante suerte al recorrer tanto los momentos históricos como las situaciones personajes, incluyendo también una infidelidad de Tammy o las burlas de las que fuera sujeto por su uso excesivo de maquillaje. En ese sentido es bastante apegada a "la realidad".

Donde falla "Los ojos de Tammy Faye" es en que no consigue ir más allá de los hechos, en adentrarse en una mujer de personalidad muy peculiar, de gran fe y con gran interés de entrar en contacto con otros, de hacer una diferencia, de hacerlos sentir vistos, quizás como ella quería ser vista. La película tampoco propone o nos dice algo sobre nosotros como debiera hacer una buena biopic, aunque sí alcanza a mostrar qué ha hecho de Tammy Faye una figura para la posteridad.

Lo que eleva el filme son sus actuaciones. En el elenco están Cherry Jones como Racher Grover, la madre de Tammy, y Vicent D'Onofrio como Jerry Falwell, un pastor que no estaba tan de acuerdo con las maneras de Tammy y Jim, pero que tampoco dudó en adoptar PTL cuando les llegó el escándalo. Andrew Gardfield está fantástico como Jim Bakker. Es increíble pensar que en 2021 entregó tres trabajos tan distintos ("Tick, Tick... Boom!" y "Spider-Man: Sin camino a casa") y en todos desaparece en la piel de sus personajes. Como Jim Bakker se muestra carismático, temerario, compasivo y abatido. Sin embargo, el show es de Jessica Chastain. ¡Qué gran interpretación! Chastain recorre muchos años en la vida de Tammy y tiene la habilidad de imprimirle gran alegría, pero también gran dolor y después de lograr una sonrisa con un nudo en la garganta detrás. Además, Chastain canta y lo hace muy bien. El departamento de maquillaje hace buen trabajo tanto con ella como Garfield.

Entre lo llamativa, escandalosa y glamurosa personalidad de Tammy hay tintes de martirio, de pena. Sus ojos son justamente esa ventana que va de lo sencillo, lo natural, a lo decorado para terminar con marcas permanentes. Tammy es como esas figuras de iglesia cuyos ojos han acabado vacíos por aquello que han visto. Es una broma, una burla, a los excesos de una mujer, pero también un ejercicio expresionista alrededor de aquello que vivió.

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EE. UU. 2021 - 2h 6m


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