M. Night Shyamalan lo hace de nuevo.
Hay algo en el cine de M. Night Shyamalan que siempre llama la atención. Es un director disparejo que igual ha presentado tÃtulos hoy históricos, clásicos y referencia como "El sexto sentido" y otros que es mejor olvidar como "La dama del agua" o "Viejos". "La trampa" está en medio, quizás un poco más inclinada hacia lo positivo y se diferencia en que no aborda lo sobrenatural, mÃstico o fantástico. Shyamalan ha tejido sus historias alrededor de fantasmas, aliens o entidades de distintos tipos.
La idea de "La trampa" viene de dos fuentes: el Eras Tour de Taylor Swift y su descomunal éxito y la Operación Flagshio, una operación en cubierto de 1985 donde se arrestó a 101 fugitivos so pretexto de que habÃan sido invitados por una compañÃa fantasma para obtener boletos para un partido de fútbol. En "La trampa", Cooper (Josh Hartnett) ha acudido con Riler (Ariel Donoghue), su hija adolescente, al concierto de Lady Raven (Saleka Night Shyamalan). Mientras va por comida, Cooper se percata de un movimiento inusual de policÃas y pregunta. La PolicÃa sabe que en el concierto está "El Carnicero" y el evento es una trampa para capturarlo. Cooper deberá encontrar la manera de evitarlo.
Hay varios aciertos en "La trampa". La primera, desde luego, su premisa. Poner al asesino como el héroe y, por ende, al espectador queriendo que salga bien librado es un tanto retorcido y otro tanto provocador. Josh Hartnett es también un acierto. Hartnett tuvo su mejor momento a finales de los 90 e inicios de los 2000 y se pensaba que se convertirÃa en una súper estrella. Él tenÃa otros planes y ha construido su carrera en proyectos de perfil bajo que le han permitido conservar su privacidad. Recientemente lo vimos como parte del elenco de "Oppenheimer". En "La trampa" hace gran trabajo combinando una mezcla de ingredientes que incluyen el encanto y atractivo que le son naturales con malicia e ingenio. Es creÃble en todo momento y, como debe, consigue el interés del público. Otro elemento destacable es la música de Saleka, escrita y producida para complementar la acción y junto con la historia construir una experiencia. El público está en el concierto y en el concierto hay una persecución muy al estilo del gato y el ratón.
Como sucede con otros filmes de Shyamalan el primer acto es impecable, el segundo está bien y el tercero pierde un tanto el rumbo; sÃ, en algunos todo se va a la deriva. Aquà no es el caso, pero fuera de un último giro de tuerca en la última escena, el tercer acto está un tanto desorientado, como el propio protagonista al saberse "atrapado". Ello resulta de una falta de claridad de Shyamalan en relación a lo que quiere decir con el filme. ¿Es sobre las relaciones padres e hijos? ¿Es sobre las mentes criminales? ¿Sobre los traumas de la infancia? Porque es claro que Shyamalan quiere entretener, pero también que quiere apuntar a algo, pero la brújula perdió su ritmo. No es el único problema de "La trampa". Aunado a ello está un filme que se beneficiarÃa de una mejor construcción de una figura antagónica. El planteamiento indica que es la Dra. Josephine Grant (Hayley Mills), pero más allá de algunas apariciones, el personaje no tiene mayor peso. Un juego de ajedrez es tan interesante como la inteligencia y pericia de sus jugadores. En "La trampa", más allá de haber dado el primer movimiento y tener una fuerte presencia, el retador es menos intimidante. "La trampa" podrÃa ser una gran contienda, de esas que quitan el aliento.
M. Night Shyamalan lo hace de nuevo. "La trampa" es eso, una trampa, como lo es la mayorÃa de su cine. SÃ, es una mejor trampa que otras de sus cintas más recientes como "Viejos" o "Glass", pero una trampa al final. ¿Vale la pena? SÃ, en el entendido de lo que es y en la promesa que sà cumple "una nueva experiencia".
🎬🎬🎬
EE. UU. 2024 - 1h 45m
Comments