John regresa... esta vez es a través de Betty Broderick, quién fuera sentenciada en 1991 por el doble homicidio de su exposo y su nueva esposa.
Betty y Dan Broderick están en medio del proceso de divorcio. Él es abogado, ella se niega a hacerle caso al suyo. En medio de la desesperación, una tarde, Betty estrella su auto en el nuevo domicilio de Dan donde también viven sus cuatro hijos. Es apenas el detonante. Los siguientes episodios darán cuenta de cómo se conocieron, sus primeros años juntos, su asenso a la clase acomodada, el desmoronamiento de su relación y la culminación de todo con un crimen.
Amanda Peet es el arma secreta de esta segunda temporada de la serie de antología que fácilmente podría caer en el melodrama y que en su lugar termina siendo una profunda exploración de un personaje desesperado. Betty víctima de las expectativas. Su transformación, de una joven alegre y entusiasta, que apoya a su esposo para que estudie una nueva carrera, a una mujer de sociedad insegura que, sin saberlo, quizás propicia su más grande temor, la infidelidad y el término de su matrimonio.
La serie evita culparla, tampoco lo hace con Dan; quiere entender. Con ello, le brinda a Peet el que probablemente sea el mejor vehículo que ha tenido en su carrera, al tiempo en que hace un examen del entretejido social, una radiografía del matrimonio y de los dos temas por los que los Broderick acapararían los titulares de su momento: el divorcio y la desventaja social en la que deja a la mujer.
Sí, como dice la publicidad es un caso impactante, uno que vale mucho la pena ver.
8 Episodios
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