"Con esa misma mirada"
- Carlos Andrés Mendiola
- 23 mar
- 8 Min. de lectura
"La verdad es sólo lo que la mente está dispuesta a aceptar," Octavio Hidaldo
Dicen que la mirada es la ventana del alma...
Hace 28 la mirada cambió. El milagro lo hizo Argos Televisión para TV Azteca. El milagro se llamó "Mirada de mujer" e hizo lo que hasta entonces parecía imposible: Hacerle frente a Televisa con una telenovela que cambió el paradigma en más de un sentido. La protagonista, una mujer madura, se enamora de un hombre más joven y no era todo, las subtramas y los discursos vieron y mostraron cómo no se había hecho antes, precisamente, a las mujeres. Además, la forma de contar la historia, en lenguaje e imagen, se acercaba más al cine, a la realidad. La revolución estaba en pie de lucha. "Mirada de mujer" detuvo, como pocas veces, un país. "Mirada de mujer" incluso venció a Televisa al ser nominada al premio de casa, el TVynovelas. No ganó el premio principal, lo hizo "Esmeralda", pero el sólo hecho de ser nominada era ya impensable. No se fue con las manos vacías, Angélica Aragón y Bárbara Mori se llevaron estatuillas como Mejor Actriz Protagónica y Mejor Actriz Revelación, respectivamente. Era un remake de la colombiana "Señora Isabel" de 1993, el primero. De ahí, se ha rehecho otras cinco ocasiones, la más reciente hace cuatro años en "Si nos dejan". Ahora, es otra Angélica la que presenta su "mirada".
El que sea Angélica Rivera la protagonista de "Con esa misma mirada" y el que sea el proyecto con el que regresa luego de 18 años de retiro a causa de su matrimonio con el hoy expresidente de México Enrique Peña Nieto le agregan capas de interpretación. Vaya, Rivera hoy está divorciada de él, su segundo. Él después tuvo un romance con una mujer más joven. Rivera es madre también de tres. La actriz, una estrella por mérito propio, estuvo en activo por casi dos décadas y se consolidó como una actriz protagónica de éxito, baste mencionar "La dueña" y "Destilando amor". Hoy Rivera quizás busque ser vista de nuevo "Con esa misma mirada".
Esta nueva versión es una serie que entrega, en principio, 8 episodios que son apenas el primer acto. Vix+ no se caracteriza por revelar, en su propio detrimento, información completa de cómo estrenará sus proyectos, pero es muy probable que "Con esa misma mirada" vaya a consistir de tres temporadas (cada una un acto), todas ya grabadas y a estrenarse quién sabe cuándo... otra de las "estrategias" de Vix. "Mirada de mujer" tuvo 195 capítulos; "Señora Isabel", 50.
"Con esa misma mirada" inicia recorriendo la casa de los Hidalgo, una familia de clase media alta, con tres hijos: Antonia (Sofía Castro), Samuel (Nicolás Haza) y Matilde, (Ivanna Castro). Están los portarretratos, los momentos felices, las voces y carcajadas que dan cuenta que son una familia en pleno... o eso parece. Octavio (Iván Sánchez), el patriarca, aparece a medio acto sexual con Gabriela (Pamela Almanza), su amante. Él es un abogado exitoso, responsable de lo Legal para un importante corporativo. Ella tiene sus méritos propios, es también abogada y se ocupa de las relaciones públicas del mismo grupo. Eloisa (Angélica Rivera) es ama de casa. Está al pendiente de todo y todos, al grado en que es la "salvadora" del más mínimo olvido o apuro. Sigue muy enamorada de Octavio por quién guarda una cierta devoción y para quién pinta un cuadro en honor a su cumpleaños.
Es difícil, complicado, hablar de "Con esa misma mirada" sin referir o comparar con "Mirada de mujer". Es inevitable. La verdad, en honor a ella, recuerdo la primera de reojo, lo que quizás sea mejor. Con ello dicho, lo primero que hay que poner sobre la mesa y quitar del camino es la ironía de que "Con esa misma mirada" sea la primera producción de Argos para Televisa. Es irónico porque pareciera que le aplica aquello de que se ha convertido en "lo que juró destruir". Argos fue rival de Televisa por años, teniendo por bandera el hacer una "televisión diferente". Hoy forma parte de Televisa. Epigmenio Ibarra, su líder, fue también un fuerte crítico de Enrique Peña Nieto. Hoy tiene por protagonista a su primera dama, envuelta también en el escándalo por poseer una "Casa Blanca" que dijo compró con el fruto de su trabajo como actriz. O mueres como un héroe, como el innovador y disruptivo, o vives lo suficiente para verte convertido en un villano, en uno más.
En honor a la verdad, "Con esa misma mirada" es quizás lo mejor que Vix+ ha presentado, pero ése no consuelo. Sí, la serie se siente mucho más contemporánea que otras producciones como "El gallo de oro" o "Diana Salazar". Es, en principio, sí una serie y no un intento. No es lo especialmente atrevida que fue su antecesora y es difícil que lo sea cuando hay décadas en medio que han hecho que el tema siga en la mesa, pero las sorpresas sean menos. Aquí el que Iván Sánchez muestre en pleno su trasero los primeros minutos, el que haya algunas escenas eróticas y el que a la propia "Gaviota" se le vea en una escena de regadera y con desnudos sugeridos ya no es especialmente escandaloso. Ni siquiera escucharla decir una que otra palabra altisonante que, al menos, Argos tiene el buen tino de mantener en equilibrio y no convertir en un festival como sucede en las telenovelas de Netflix. "Con esa misma mirada" está en un punto intermedio entre aquéllas como "Perfil falso" o "Medusa" y sus propias producciones como "La vida en el espejo" o "Nada personal". El escándalo ha estado en el supuesto romance entre Riversa y Diego Klein, su coestrella.
Estos primeros 8 episodios son el primer acto. Sirven para presentar a los personajes y plantear los problemas, un nuevo objetivo o un nuevo amor para Eloisa. El guion sabe bien su objetivo y desde el primer episodio presenta a Pablo (Klein), un periodista, con Eloisa, mirando un cuadro que justo habla de las relaciones de pareja y donde ella precisamente le comparte la frase de Octavio, "la verdad es sólo lo que la mente está dispuesta a aceptar", una frase que ella misma tendrá que asimilar, en unos días, de manera indiscutible. Eloisa se ve un matrimonio "perfecto", pero las pistas y luego las realidades, la harán, con todo y un intento por perdonar, aceptar la verdad.
Hablando de verdades, un tema por demás mencionado es la apariencia de Angélica Rivera. La referencia es, desde luego, Angélica Aragón. Aragón tenía 44 años cuando estrenó "Mirada de mujer". Rivera tiene 55. En tiempos donde no se "juzgan los cuerpos" las diferencias entre apariencias saltan a la vista. Aragón estaba más en cómo se espera que se vea una señora y Rivera se ve juvenil. El caso de Rivera no es hoy una excepción, aunque tampoco una regla. El aspecto es importante de mencionar porque siembra la duda de cómo un hombre puede serle infiel a una mujer que se ve así, como si no sucediera en la vida real, sólo hay que recordar a Maribel Guardia o mucho más recientemente a Shakira. El punto de la infidelidad no está en cómo se ve, está en lo que Shakira bien ha puntualizado, en la monotonía y eso es creíble. Eloisa es muy hermosa, pero su chonguito no le hace ningún favor en especial y su ropa está también pasada de moda, le hace poco favor. Es una elección de costumbre y control, poco a poco, Octavio ha minado su seguridad y el día a día la han hecho olvidarse de la mujer, tanto a él como a ella. El planteamiento está bien y la temporada se ocupa principalmente de ella, aunque plantea también al resto de los personajes y la verdad sí deja con ganas de más, no con urgencia, pero sí con curiosidad.
Antonia, quién quiere ser una exitosa abogada, descubre que está embarazada; Samuel, fotógrafo ante el disgusto de su padre, coquetea con Renata (Ximena Herrera), amiga de su madre y quién lleva una vida disipada, con un galán nuevo cada día, y mucha bebida, distanciada de su hija; Matilde está determinada en ser una bailarina y para lograrlo pondrá en riesgo su salud. Está Leticia (Ileana Fox), psicóloga y la otra amiga de Eloisa, quien vive en un matrimonio estable, sin hijos ni aparentes secretos. Están, desde luego, Gabriela y Pablo. Ella buscando consolidar su relación con Octavio. Él tras la separación inesperada de Julieta (Adriana Llabrés), madre de su hijo y quién le pusiera el cuerno. Él tiene, además, en sus manos, una investigación en la que al centro está Octavio.
"Con esa misma mirada" está bien. Los capítulos son ágiles y las actuaciones decentes, aunque dispares. Hay momentos en los que se nota que faltó trabajo de mesa y que los actores aún no estaban del todo en sus personajes. Hay momentos un poco sobre actuados y que incluyen tanto a talento joven como más experimentado. Es una cuestión de dirección entonces más que de tablas o de talento. También quizás hay detalles de casting. Por ejemplo, Ximena Herrera tiene en sus manos un personaje que hiciera icónico Margarita Gralia. Herrera es buena actriz, pero no tiene la vis cómica ni el carisma que habrían hecho de Renata memorable. Sí, pudo haber opacado a la protagonista y actrices como Itatí Cantoral o Cynthia Klitbo lo hubieran hecho espectacular. Pamela Almanza roba por momentos cámara, con gran presencia y rivalizando, como debe, con Rivera. Por cierto, entre los grandes momentos está una escena en la que Octavio le echa en cara a Gabriela que "ella sabía" que era casado y ella muy bien le responde que la obligación era suya; el casado, el infiel es él. No recuerdo si eso estaba en el original, pero cualquiera que sea el caso, es poner bien los puntos sobre las “ies”. A Blanca Guerra siempre es un gusto verla en pantalla. Es la madre de Eloisa. Una curiosidad, ¿por qué nadie se queja de que Blanca Guerra sea ahora la abuela y que no se vea como en su momento lo hizo Evangelina Elizondo? ¿No es doble moral notar un caso y no el otro?
Hablando de curiosidades, "Con esa misma mirada" es el casting de "los herederos". Está Sofía Castro, trabajando junto a su madre. Es una actriz limitada, pero funciona en lo comercial e incluso en hacer juegos entre la ficción y la realidad como cuando le reclama a su madre por no haberse mantenido atractiva para su padre. Está Nicolás Haza haciendo el mismo personaje que hiciera su padre, Plutarco Haza, en "Mirada de mujer". Nicolás es muy natural y destaca entre el talento joven. Está Gonzalo Vega Jr. quién hace a Tomás, el novio de Antonia.
Si la mirada es la ventana del alma, la de "Con esa misma mirada" está bastante en paz. Ya ha causado revuelo fuera de pantalla y probablemente no cause el mismo ahora que lo está, pero lo que entrega es suficiente para dejar con ganas de más. Llega hasta que Eloisa y Pablo se animan finalmente, hasta que hay beso. Rivera y Klein sí tienen química. Klein es bastante encantador, jugando bien en un personaje que tiene experiencia, pero que no puede evitar referirse a una mujer de más edad como "señora" y que discretamente lo primero que hace es simplemente invitarle un café. Si satisface el morbo, no, o quizás depende del nivel de morbo de cada quién, pero las pasiones aún no se desatan y el fuego en pantalla se limita al que tienen Iván Sánchez y Pamela Almanza, con un par de promesas más en el camino.
Ahora bien, si la anterior fue "Mirada de mujer" y esta es "Con esa misma mirada", ¿cuál es realmente la diferencia o la aportación? Eso no está aún claro. El "misma" refiere a que es "lo mismo", una mirada femenina o a que esa mirada femenina se ha actualizado como naturalmente requeriría el paso del tiempo. Por el momento y volviendo a las verdades que sólo lo son porque se les acepta, "Con esa misma mirada" es lo mismo, no es igual y deja con suficientes ganas de más. Es una llama que enciende y que se espera ver arder.
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México 2025 - 8 Episodios de menos de una hora

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