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"Mentiras, la serie"

El problema no es la mentira. La mentira compra regalos caros y caballos; la mentira te hace una princesa. El problema es la verdad y su insistencia por salir a la luz tarde o temprano, pero durante lo poco que dura su efecto, la mentira puede ser muy atractiva," Narradora

La mentira es atractiva.

La mentira tiene ritmo.

La mentira tiene verdad.


Ya mintió en el teatro, en un disco, en el extranjero, en drag y en concierto, ahora lo hace en serio en una serie. El "mentiverso" no tiene fin, después de todo las mentiras son como una bola de nieve, cuanto más tiempo se le hace rodar, más grande se vuelve y "Mentiras" hay para rato, para dar, compartir, repartir y arrepentir.

Mentir es decir algo que no es verdad, así que cuando se habla de "mentiras" se habla de hacerlo muy frecuentemente, casi compulsivamente. Las "mentiras" que aquí se refieren son las que canta en un reclamo Lupita D'Alessio en el clásico de los 80's y donde reclama "tú me enamoraste a base de mentiras... me alimentaste siempre de mentiras" y es que esas mentiras "queman como fuego, se clavan en el pecho, matan y se ríen de mí". Y esas "mentiras" han dado pie al que quizás es el musical más exitoso en la historia del teatro musical mexicano. "Mentiras, el musical" está armado como un gran popurrí y se construye a través de algunas de las canciones más exitosas de aquella década, con referencias por doquier de sus intérpretes y la cultura pop. Lleva 26 años en cartelera y alrededor de 4 mil representaciones.

A "Mentiras, la serie" llegue con expectativa y temor, quizás un tanto de recelo. El musical es una gran experiencia para cualquiera que ame el género. Lo he visto dos veces y de inmediato atrapa con su música e ingenio, está lleno de carcajadas y es inevitable cantar y cantar. Vaya, siempre, cuando llega el final, el público está de pie y canta al unísono con los actores. Es la historia de Daniela (Belinda), una joven judía de clase acomodada; Yuri (Regina Blandón), abogada y su mejor amiga; Lupita (Mariana Treviño), secretaria bilingüe, y Dulce (Diana Bovio), otrora novicia en espera de su primer hijo. Las cuatro están reunidas tras una misteriosa llamada que las ha citado para hablarles de Emmanuel (Luis Gerardo Méndez), el hombre que tienen en común, aunque lo desconocen. Emmanuel ha muerto y una de ellas es la responsable. Es su misión descubrir quién fue o ser condenadas en el intento.

La serie de "Mentiras" es, a falta una mejor palabra, su propio producto, su propia experiencia. Sí, proviene, desde luego, del musical, pero funciona bastante bien bajo los términos de otro medio y formato. Respeta la estética saturada y los colores distintivos de sus protagonistas (rosa para Daniela, azul para Yuri, verde para Dulce y naranja para Lupita) y entiende también la naturaleza de contar una historia en más tiempo. Las dos horas y media de la puesta en escena se vuelven cuatro en ocho capítulos. El primero, por ejemplo, apenas y presenta los personajes y los enfrenta con el problema, la inesperada "muerte" de Emmanuel. Si hay algo que reclamarle es que es un poco menos musical de lo esperado, con un par de números por episodio y algunas canciones que se quedan apenas en unas líneas o estrofas en el tarareo. Es también un tanto más melodramática que la obra y con ello un poco menos de comedia. Entrar a ese ritmo se toma un poquito de tiempo, pero luego el efecto surte su encanto y se quieren más y más "mentiras". Los cambios y ajustes son pocos, pero sustantivos y están sobre todo en la narradora, cuya naturaleza se descubre al final, y en el propio desenlace que ve a Emmanuel y sus "viudas" (así se denominan ellas mismas por aquello de que había muerto) enfrentados con otra muerte, muchos, muchos años después.

Quiénes serían las protagonistas de esta adaptación era una de las grandes incógnitas y máxime que en el elenco han pasado figuras clave de la escena teatral como Natalia Sosa y Lolita Cortés y del espectáculo mexicano con nombres que incluyen a Kika Edgar, Angélica Vale, Lorena de la Garza, Dalilah Polanco y muchas más; varias en más de un papel. Al final, la única que vuelve del montaje y del elenco original es Mariana Treviño. Treviño despuntó tras aquel momento y es ahora una estrella de cine. Aquí es hilarante y tiene algunos de los mejores momentos. Belinda es Daniela y se dice fue la petición de José Manuel López Velarde, escritor y director de la obra. Belinda está bien, pero queda la duda de si pudo estar mejor. A su Daniela le falta un poco más de fuerza y presencia. Podría ser más odiosamente encantadora. Regina Blandón hace a Yuri y también cumple. No soy especialmente fan de Blandón, quién en más de una ocasión se ha repetido en comedias. Aquí es más versátil. Diana Bovio, como siempre, es espectacular. Bovio tiene una gran vis cómica que le viene muy bien a Dulce. Sólo una actriz como Bovio puede hacer que cuando canta, por ejemplo, "El gato y yo", sea tanto sexy y sensual como divertida. Hablando de ellas, salta un aspecto que se pierde en la serie y que le resta algo de fuerza. Al haber menos musicales y más desarrollo de antecedentes, después de todo la historia se cuenta en gran medida a través de flashbacks que una y otra vez van completando el pasado y las piezas, se diluye el duelo entre las actrices y que sucede una y otra vez a través de duelos musicales. Esa tensión entre un rango vocal y otro, entra una canción y otra, expresa metafóricamente un sentido de competencia, primero por determinar quién es verdaderamente la "mujer" de Emmanuel, pero luego para desmarcarse como asesinas y, más aún, para empoderarse como mujeres. Es algo para notar...

Lo que sí le permite el formato de serie es darle más variedad de escenarios y, sobre todo, elaborar mucho más los números musicales. La mayoría cumple, aunque hay que decir que se nota que hubo aprendizaje en el camino. Van siendo mejores conforme avanzar y más de uno podría tener mayor impacto con una mejor edición o quizás la edición no alcanzó a resolver lo que no se planeo mejor desde un inicio. Con todo, algunos como el montaje de "Él me mintió" y "Mentiras" y el de "Acaríciame" y "La gata y yo" son bastante memorables. Tampoco está mal "Aire" y "Toda la vida" está ocurrente. Un misterio, por qué faltan canciones como "Castillos" o "Es ella más que yo", por mencionar sólo un par. ¿Cuestión de presupuesto o decisión creativa? Que haya sido un tema de derechos de autor parece pecata minuta.

Luis Gerardo Méndez también cumple. El actor tuvo su despunte en otro musical, "Hoy no me puedo levantar" y de ahí cobró fama en "Nosotros los nobles". Recientemente estuvo en otro musical, la muy fallida "Technoboys" que también fue su debut como director. Qué bueno que aquí la dirección recae en alguien que sí entiende el tono. En principio Méndez no es la primera opción cuando se piensa en alguien para hacer a Emmanuel que se supone es un don Juan (lo han hecho en teatro Efraín Berry, Alex Brizuela, Yair, Lenny de la Rosa y Daniel Elbitar), pero lo sabe sacar a flote y se consiente que cuatro mujeres se hayan enamorado de él. Tiene su encanto. Un aspecto especial está en que la serie muestra a Emmanuel conversando consigo mismo luego de que se ve confrontado con una pérdida. Es un enfoque distinto al que se ve en la obra y dónde al final Emmanuel se convierte en Manuela. Le viene bien el cambio y dentro de todo lo surreal que puede ser la propia historia y cómo se ve le da una cierta verosimilitud.

El formato también permite aprovechar más el contexto. Desde el inicio se ubica en los 80's y en cómo era "otro tiempo". La propia serie es autoconsciente y reflexiona o hace mención sobre ello a través de la narradora (Michelle Rodríguez) que funciona la mayoría de las veces, aunque en algunas está un poco de sobra, quizás se justifica con el desenlace que hace un vínculo con la actualidad y que le da, en un giro de tuerca, otra relevancia al personaje.

Los 80's están en todas partes, una en especial memorable es toda la referencia que se hace a "El Patio", un centro nocturno que fue icónico y que juega también un papel esencial. Una de las fechas clave sucedió ahí y lo que sucedió entre los cinco también fue clave para "El Patio"... vaya, le puso fin. También aprovecha bien la serie para tener cameos memorables. Ahí, en "El Patio" aparece Andy Zuno, primer intérprete de Emmanuel. Daniela Romo y Guillermo Capetillo son los padres de Daniela; Amanda Miguel canta en "El Patio" y Ernesto Laguardia es un bar tender en el mismo lugar. Son guiños que se agradecen y que funcionan en distintos niveles, desde las referencias a las telenovelas hasta los nombres de algunos de los personajes o las propias canciones. "De mi enamórate" de Daniela Romo es cantada y el propio personaje se llama así por ella. Hablando de telenovelas y de Daniela, a Daniela se le compara a veces con Catalina Creel y Belinda aparece con todo y parche, como la gran villana. Ojalá en algún momento se le sintiera así de calculadora, sería más divertido. Por cierto, el chiste recurrente de que le gustan los gatos y es linda con ellos no acaba de caer del todo. Cada que Daniela se pone "ruda" se dice "piensa en gatitos" y aparece un clip con Daniela siendo tierna con uno para mostar que no sólo es mala. No suena mal como idea, en la ejecución... sobra, la verdad... sin mentiras.

"Mentiras" es, en el fondo y quizás con cierta ligereza, una crítica a las expectativas de género y las relaciones amorosas. También, desde luego, a los propios 80's y su sensación de grandeza. Un homenaje a una época, su forma de ser y pensar, su música e intérpretes, llenas de pasión, intensidad y reclamo. "Mentiras" habla sobre la búsqueda de la verdad y el peso de las mentiras y los engaños. No dice que vayan a terminar, incluso los ve un tanto necesarias en ocasiones, pero sí los condena en un contexto particular. Lo dice Yuri, "Hay muchas formas de amar, pero no puede ser con mentiras". Y "Mentiras, la serie" tiene mucho de ellas, pero también sabe usarlas para crear el artificio adecuado, el simulacro de verdad suficiente para que la música cobre vida y la verdad supere sus tropiezos; para que esa sensación de logro y satisfacción que da la obra esté y para que quede la sensación de que "Siempre vendrán tiempos mejores".

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México 2025 - 8 Episodios de alrededor de media hora


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ACERCA DE

Storyteller por convicción, Carlos utiliza sus herramientas para generar un impacto positivo en ámbitos que van de la educación al liderazgo, pasando por el marketing, la creación de marcas, la escritura de guiones y el análisis cinematográfico.

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