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Foto del escritorCarlos Andrés Mendiola

"Wonka" de Paul King

"Todas las cosas buenas empezaron con un sueño," frase promocional.

"¿Cuál es el significado de la vida? Hasta ahora toda la evidencia sugiere que es el chocolate," dice una frase popular y de autor desconocido. "Wonka" lo sabe.

"Wonka" es una precuela de "Charlie y la fábrica de chocolates", novela que ha sido llevada en dos ocasiones al cine en 1971 y 2005. La primera hoy tiene estatus de culto, la segunda fue un éxito de taquilla. "Wonka" no proviene propiamente de la pluma de Roal Dahl que ha saltado también a la pantalla grande con títulos como "Brujas" o "Matilda". Es un musical que ve a un joven Willy Wonka (Timothée Chalamet) llegar a Galerías Gourmet con la intención de poner su propia tienda de chocolates y compartir con ella el gusto que sintió al degustarlo por primera vez en compañía de su madre. Willy se enfrenta a una casera tramposa (Olivia Colman) y a un trío de empresarios que controlan con chocolate (sí, como si fuera dinero) a la policía, el gobierno y la iglesia, y definen las estrictas reglas que regulan todo.

Hay mucho que pudo salir mal en "Wonka", pero las manos de Paul King saben muy bien lo que hacen. King, quién también es coguionista, viene del éxito de "Paddington" y "Paddington 2", con quiénes "Wonka" comparte ese tono que combina muy bien la fantasía con la comedia en una delgada línea que hace que se sienta como un cuento verosímil y que evita por nada el absurdo o el ridículo (muy en el estilo de "Mary Poppins"). A diferencia de aquéllas, en "Wonka" suma el que es un musical, uno que contiene suficientes números para caer en el género, pero no tantos como para sentirse en el caso donde la canción esá a la orden de cualquier respiro. La música, además es pegajosa y no sería raro ver que alguna estuviera nominada al Oscar, igual que al filme en alguna de alguna categoría como Diseño de Producción o Vestuario. Hablando de posibilidad, un musical para teatro se antoja como algo muy viable también.

Timothée Chalamet es una sorpresa. Es ya un actor probado, a pesar de su corta edad que incluye ya una nominación al Oscar por "Llámame por tu nombre", pero su desempeño ha sido sobre todo en dramas. Aquí es encantador, haciendo despliegue como nunca antes de su carisma, pero también bailando y cantando con tal soltura que pareciera que lo hubiera estado haciendo desde siempre. Además, tiene el reto de tomar un personaje que ya antes fue hecho por Johnny Depp y Gene Wilder, dos actores que le dejaron su sello a Willy Wonka. El de Chalamet es menos excéntrico, más accesible y un tanto inocente.

En el elenco están también Olivia Colman como Mrs. Scrubbit, la abusiva casera de la pención en la que cae Willy; Keegan-Michael Key como el jefe de policía que crece conforme acepta (y se come y se come) las cajas de chocolate con que lo sobornan; Rowan Atkinson como el Padre Julius y Sally Hawkins como la madre de Willy. Calah Lane hace a Noodle, la cómplice de Willy y Hugh Grant es el único e inigualable Lofty, un Oompa Loompa, figuras de baja estatura que en la historia original son los "secuaces" de Wonka. La selección de Grant en lugar de una persona con la condición natural desató gran controversia, pero lo que hace el británico por el personaje no lo podría hacer nadie más. El conjunto es una recreación que recupera la cara y expresiones de Grant con un cuerpo recreado digitalmente. El humor británico de Grant está en pleno y deja con ganas de más de Lofty. Su número de presentación es simplemente fantástico.

En "Wonka" hay magia y posibilidad. Desde que Willy llega hablando de chocolates con ingredientes inusuales y fantásticos como leche de jirafa, la presencia de flamencos, árboles de dulce, cabellos que cambian de color, que hacen que la gente flote o el que exista una bóveda que resguarda un mar de chocolate, se vuelven posibles y alimentan justo la propuesta del filme. "Todas las cosas buenas empezaron con un sueño," dice y "sueño" es la palabra clave y sobre la que "Wonka" a diferencia de "Wish: El poder de los sueños" sí tiene algo claro que decir. "Wonka" propone que lo sueños se construyen en equipo y desafían o transforman las reglas y a los demás por consecuencia. Más aún utiliza al chocolate como sinónimo de sueños y entonces, así como el chocolate, los sueños se saborean y saben mejor cuando se comparten. "Wonka" es para compartirse y se comparte con un sabor que deja una sonrisa e incluso un abrazo al corazón.

🍫🍫🍫🍫

EE. UU. 2023 - 1h 56m


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