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"Top Gun: Maverick" de Joseph Kosinski

Wow! Esto es una secuela, una película de acción, un blockbuster y un filme de legado.

Cada uno de los treinta y seis años que tardó en llegar "Top Gun: Maverick" valió la pena. La película consigue el muy complejo balance de rendirle homenaje a la anterior sin perder con ello actualidad, emotividad o un ápice de adrenalina. "Top Gun: Maverick" te sube desde el primer segundo al vuelo y no te deja en ningún momento.

Pete "Maverick" Mitchell (Tom Cruise) es asignado a entrenar a un grupo élite de graduados de Top Gun para una misión que requiere de gran precisión y que va contra todas las reglas: se debe volar muy bajo, hay muchos giros y el tiempo es muy limitado. Para complicarlo todo está el hecho de que entre el grupo está Bradley "Rooster" Bradshaw (Miles Teller), hijo de Nick "Goose" Teller (Anthony Edwards), quién falleciera en un vuelo con él.

"Top Gun" es un clásico. La revista Empire la consideró en 2008 como una de las 500 Mejores Películas de Todos los Tiempos. Su soundtrack y, en especial el tema "Take My Breath Away", es uno de los más exitosos y también ganador del Oscar. La frase, "I feel the need, the need for speed", es la número 94 en la lista de las 100 del American Film Institute. Y, claro, es una de las piezas esenciales en hacer de Tom Cruise una estrella de cine.

En "Top Gun: Maverick", Cruise está en plena forma. A poco de llegar a las seis décadas, es impresionante verlo (hay una escena de playa, recordando a la de "Top Gun", donde en ningún momento su cuerpo desmerece ante los de sus compañeros de reparto, todos los cuales podrían ser sus hijos, con un par de ellos a los que probablemente casi les triplique en edad). Más allá de lo físico, Cruise hace gala de su carisma y, mejor aún, de la madurez que ha alcanzado como actor. En más de un momento sostiene con su rostro algunas de las escenas de mayor dramatismo. No hay duda, cuando uno ve a Tom Cruise, ve a una estrella de cine en toda la extensión de la palabra y de esas hay pocas, muy pocas.

Además de a Cruise, "Maverick" trae de regreso a Val Kilmer como Tom "Iceman" Kazansky, quién se descubre ha sido como un "ángel de la guarda" para Pete. A consecuencia del cáncer de garganta que vivió (con dos traqueotomías), Kilmer se alimenta gracias a un tubo y apenas y puede hablar. El filme acoge con tanta dignidad al actor, con un reencuentro entre los personajes que es memorable, que estruja el corazón, termina con una buena carcajada y le da la mejor resolución posible, contribuyendo de manera significativa a la relación entre Maverick y Rooster (además del dolor que siente por la pérdida de su amigo y la orfandad consecuente de Rooster, está el hecho de que retrasó su ingresó a la marina por cuatro años).

Al elenco se suman también Ed Harris en una participación breve como el Almirante Cain, Jon Mann como el Vicealmirante Simpson, Jennifer Connely como Penélope, con quién Maverick tiene historia, y Miles Teller como Rooster. Connely está inigualable, la cámara la adora, se ve hermosa, y es un sueño como el interés romántico de Pete. Es divertida e inteligente, una contraparte que lo pone en su lugar fácilmente; una madre y empresaria que no necesita de ningún hombre, pero que sabe valorar la buena compañía. Miles Teller está a la altura de Cruise en todo el momento. Teller había visto su carrera desacelerarse luego del éxito que le dieran las cinta de "Divergente" y "Whiplash", pero que sufriera un fuerte revés con "Los 4 fantásticos". En "Maverick" confirma la talla de actor que es.

"Top Gun: Maverick" tiene un guion sólido que Joseph Kosinski entiende muy bien y sabe cómo plasmar para sumergirnos a un viaje en el que los sentidos son abordados en todo momento. Desde antes de que Maverick se suba al primer avión, está la expectativa y luego esa sensación de emoción real, de involucramiento con lo que sucede en la pantalla. Uno se siente ahí. De ahí, nos lleva de la mano por una serie de emociones que incluyen lo nostálgico con referencias a momentos de la anterior (los padres de Rooster cantando al piano en el bar como ahora lo hace él con sus amigos, los paseos en moto ahora con Penélope y antes con Charlie, el juego en la playa, el momento de complicidad capturado en una imagen), lo cómico con diálogos y situaciones como la apuesta que le hacen sus pupilos (100 lagartijas para quién pierda en una sesión de prueba y luego de que se habían referido a Pete como "abuelo"), el romance (Connelly y Cruise hacen una gran pareja y tienen muy buenos momentos), lo adrenalínico (cada vuelo te lleva al límite y no hay que olvidar que a Maverick le encanta romper las reglas e ir más allá) y, desde luego, lo lacrimógeno (este es un viaje emocional, sobre todo, para Maverick y Rooster). "Top Gun: Maverick" respeta y enalza su legado.

"Top Gun" es ya un clásico y no hay duda de ello, pero en su estreno y aún ahora hay quién podría considerarla así, la crítica no la trató tan bien. Si "Top Gun: Maverick" alcanzará las mismas alturas, sólo el tiempo lo dirá, pero lo cierto es que es una mejor película y que más allá de que esté bien hecha hablando de manera formal o académica, provee del tipo de experiencia del que precisamente sólo los clásicos son capaces.

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EE. UU. 2022 - 2h 11m


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