"La dolce vita" no es tan dulce.
En su segunda temporada, "The White Lotus" se muda a Taormina, Sicilia. Inicia con una mujer entrando al mar para de pronto encontrarse con una pierna, un cuerpo sin vida. Una semana antes, ella como parte de un grupo de huéspedes llegaba al hotel con los Di Grasso, el abuelo Bert (F. Murray Abrahamson), el padre, Dominic (Michel Imperioli) y Albie (Adam DiMarco), el hijo, quiénes van en busca de sus ancentros y están en medio de tensiones pues Dominic le fue infiel a la madre de Albie; los Sullivan, Daphne (Meghann Fahy) y Cameron (Theo James), quiénes parecen ser el matrimonio perfecto (guapos, ricos y exitosos), y viajan con los Spiller, Harper (Aubrey Plaza) y Ethan (Will Sharpe). Ethan fue roomate de Cameron en la universidad y ahora es un prodigio de la tecnología. El cuadro lo completa Tanya McQuoid-Hunt (Jennifer Coolidge), de viaje con su esposo Greg (Jon Gries), y a quién acompaña Portia (Haley Lu Richardson), su asistente.
Como una serie de antología, "The White Lotus" descifra su fórmula y la lleva, aunque pareciera imposible, a otro nivel al explotar justamente sus fortalezas. El viaje se trata de ir, episodio por episodio, llevando a sus personajes a explorar y confrontarse con aspectos de sí mismos que desconocían y que para cuando concluye la temporada los han dejado transformados, para bien o para mal, de manera extraordinaria. ¿Los ingredientes? Un lugar paradisiaco y aparentemente inofensivo, tiempo de ocio y locales con agenda propia. En esta ocasión están Lucía (Simona Tabasco), una trabajadora sexual que comienza invitada por Dominic y luego involucrada con Albie, quién pareciera haber iniciado algo con Portia. Mia (Beatrice Granno), amiga de Lucía, es una aspirante a cantante dispuesta a todo por conseguirlo, aprovechando la vulnerabilidad de Valentina (Sabrina Impacciatore), la gerente. Luego está Quentin (Tom Hollander), un adinerado gay que busca brindarle consuelo a Tanya cuando Greg debe dejarla para resolver problemas de trabajo, y, claro, Jack (Leo Woodall), su "sobrino", que inicia algo (sí, también), con Portia.
En esta temporada, la serie explora en torno a las diferencias sociales, generacionales y culturales. El guion es muy brillante en ir alternando las historias, dejando que cada personaje brille en su momento y que poco a poco se les vaya conociendo. A diferencia de otras series que quizás se inclinan más por personajes planos, en "The White Lotus" priva la complejidad. Hay aspectos a los que uno juraría que un personaje nunca llegaría, pero la vida orilla y una situación extrema muestra otro aspecto o lo que en realidad se es. Parte del encanto está, desde luego, en los factores sorpresa que están bien dosificados (de algún semidesnudo a una escena sexual) y al contraste entre lo hermoso del lugar (la fotografía entrega una postal tras otra, el hotel es precioso y el reparto tan diverso como bello) y lo no tan hermoso de quiénes lo visitan.
A la serie regresa Jennifer Coolidge, siendo el único personaje que une la narrativa con la anterior, más allá de que sea una nueva sede de la cadena "The White Lotus". Coolidge es una estrella y ha estado pasando por una de sus mejores etapas. Por la temporada anterior fue nominada a los Globos de Oro y ganó en los Critics Choice Awards como Actriz de Reparto en una Serie Limitada. La propia serie ganó como Mejor Serie de Comedia e los AACTAy fue nombrada como uno de los 10 Programas de 2021, mérito que ya ha repetido este año.
Si el Lotus blanco es el símbolo del despertar y representa un estado de pureza mental, "The White Lotus" funciona muy bien para conseguirlo a través de un poema donde convergen los ángeles y demonios de la naturaleza humana, escondidos entre sus pétalos, para brindar entretenimiento maduro, sexy, irónico, mordaz y muy revelador. Nada vuelve a ser igual después de visitar "The White Lotus".
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EE. UU. 2022 - 7 Episodios de alrededor de 1 hora
