"El amor no es un sentimiento, es un lugar", Vero
Una buena comedia romántica (navideña, sí también lo es) siempre se agradece.
Un emoji sonriendo o smiley es una buena señal. En "Smiley", Álex (Carlos Cuevas) deja un mensaje voz reclamándole al chico con el que salió y del que no ha recibido noticias. El receptor resulta ser Bruno (Miki Esparbé), quién no tiene idea de qué habla. El error da pie a que se conozcan en el Bar-Vero donde Álex trabaja como barman. Hay química entre ellos, pero también hay muchas diferencias. Álex está más enfocado en su físico, es coqueto y ha llevado una vida más bien disipada, aunque quiere ahora algo más estable; Bruno es un arquitecto, mucho más reservado, culto y con una apariencia promedio. Lo opuesto salta ante ellos que se han guardado como contactos como "Alex dos gimnasios" y "Bruno pedante", imagínense, pero las apariencias engañan y la buena noche que han pasado no dejará que el otro se quede sólo en el recuerdo.
Hay mucho que destacar y agradecer a "Smiley". La adaptación de la obra de teatro de Guillem Clua tiene la estructura clásica de la comedia romántica (la pareja se conoce de manera inesperada, hay química, pero los hechos los separan y los encuentros van y vienen hasta que todo se resuelve), pero le viene muy bien el tratamiento de serie. Le permite ampliar su discusión en torno al amor. Si bien está inserta en el contexto LGBTQ+ aplica perfecto para cualquiera.
Además de la pareja que conforman Álex y Bruno, está la que hacen Vero (Meritxell Calvo) y Patri (Giannina Fruttero), donde la segunda no está aún preparada para contarlo a sus padres, pero su llegada inesperada para pasar la Navidad quizás le dé un pretexto pues viven juntas. Están Albert (Eduardo Lloveras) y Nuria (Ruth Llopis), amigos de Bruno con un matrimonio de años que ha perdido algo de chispa. Está Ramiro (Carles Sanjaime), amigo del padre de Álex que vuelve tras años de ausencia y en quién Rosa (Amparo Fernández) ve una posibilidad, pero él tiene un secreto que confesarle y que explica el por qué se fue. Está Javier (Pepón Nieto), dueño del Bar-Vero, quién divierte a todos con su show trasvesti, pero está solo.
La variedad de parejas, los distintos contextos y la manera en cómo se entrelazan en los ágiles episodios que apenas y duran media hora hacen que "Smiley" juegue cono sólo como una comedia romántica para los personajes centrales, sino también como una de enredos en otros casos e, incluso, en algún comento como una sexy comedia. Este último aspecto es cortesía del comentario que "Smiley" hace sobre las aplicaciones de citas, sobre cómo se hace "la venta" de quién se es, sobre cómo hay verdad, pero también apariencia. "Smiley" se agradecer porque es la primera serie gay española de su tipo y porque se suma a los relatos que se adentran, sin dramatizar de más, sino normalizando como lo han hecho en 2022 "Fire Island" y ""Bros".
Carlos Cuevas, conocido principalmente por la serie "Merlí", es un gran protagonista; no hay que confundirlo con el cantante mexicano. Cuevas es tremendamente carismático, muy atractivo físicamente (la serie lo sabe y lo aprovecha, mostrándolo con poca ropa y dándole como un rasgo característico el que prácticamente siempre viste con playeras sin mangas), pero también vulnerable y un actor con un rango al que le viene muy bien la comedia, pero no desmerece en los momentos dramáticos ni románticos. Álex cae bien, aunque en un principio sí, como lo ha señalado Bruno sólo parezca saber de gimnasios. Cuevas tiene química con Mike Esparbé, quién le da el contraste necesario a la serie y el equilibrio necesario a la pareja.
"Smiley" es una serie de comedia romántica con todas las de la Ley. Es un homenaje al género, al que hace referencia a través de "Briging Up Baby" o "Notting Hill". Es un recorrido, con sus detalles, pero con más virtudes y que al final deja con una respuesta sobre qué es el amor y, desde luego, deja con "smiley" y eso, eso es algo que debería suceder siempre en el amor.
❤️❤️❤️❤️
España 2022 - 6 Episodios de alrededor de media hora.
