Hay esperanza...
Ludwika Paleta es Ana, mujer ejecutiva y empoderada de buena posición que está por tener a su tercer hijo. Paulina Goto es Mariana, tiene 23 años, estudia y se prepara para ser madre soltera mientras vive su primer experiencia en pareja con otra mujer. Sus planes no salen cómo esperan, terminan dando a luz en el mismo hospital y una "caída del sistema" hace que acaben con la bebé equivocada. El "detalle" es aclarado pronto, pero Ana y Mariana no están preparadas para separarse de la bebé que han aprendido a reconocer como propia, así que Ana le pide a Mariana que se mude a su casa para hacer más fácil la transición... o todo lo contrario.
"Madre sólo hay dos" es una grata sorpresa. La mano de Fernando Sariñana ("Amar te duele"; "Niñas mal") se siente. Es divertida, contemporánea y con ideas. Sí, tampoco es que su objetivo sea profundizar en la maternidad, pero sin duda pone temas relevantes alrededor de ello. Los capítulos son muy ágiles, los conflictos se resuelven pronto y uno nunca se imaginaría dónde terminarán los personajes al final de primera temporada (porque es claro que hay mucho más que contar y todo queda de cabeza).
Un gran acierto es la selección del elenco. Ludwika Paleta tiene mucho talento para la comedia y la serie la aprovecha también para los momentos dramáticos. Ana es una mujer que sólo quiere hacerlo bien, aunque en el camino se equivoque. Paulina Goto no desmerece en ningún momento y este personaje le da la posibilidad de explorar con temas más maduros. Juntas tienen gran química y complicidad. Las acompaña un elenco que incluye a Martín Altomaro, quién ya se ha especializado en los personajes de papá bonachón, Liz Gallardo, Rodrigo Cachero, Zaide Silva Gutiérrez, Lisa Owen, Christian Chávez y Nora Velázquez.
Así que "Madre sólo hay dos" es un acierto de Netflix y otro ejemplo de que se pueden hacer series de comedia decentes en México.
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México 2021 - 9 Episodios de menos de alrededor de 40 min. c/u
