Para Isabel Allenda "La vida es como un viaje sin meta. Lo que cuenta es el camino" y vaya camino el que se cuenta en "Isabel".
"El costo de la libertad", "El diablo en el espejo" y "Los espíritus" son los nombres de los tres capítulos que presentan la vida de Isabel Allende, la escritora viva más leída, con más de 72 millones de libros vendidos en 42 idiomas. La caída en coma de Paula y su muerte son el inicio y final de un recuento que contó con el apoyo de la autora, pero no con su censura y ambos se agradecen.
"Isabel" va en gran medida en orden cronológico a partir del momento en que comienza a escribir para la revista "Paula", conectándolo con momentos de su infancia que se centran en especial en el cambio de vida tras el abandono de su padre, su vida con sus abuelos y su recelo ante el trabajo y la intención de rehacer su vida de su madre. El trabajo de investigación es cuidadoso y conecta similitudes entre las acciones Francisca (su madre) e Isabel, quién repite, sin ninguna intención, lo que antes condenó.
La gran virtud de "Isabel" es precisamente ésa, capturar la esencia (si eso es posible), la personalidad, el ímpetu de una mujer que ayudó a muchos a escapar de su país cuando estuvo bajo un golpe militar, que llegó a Venezuela sola y sin nada, huyendo de la persecución política, que se lío con un músico por el que dejó por un tiempo esposo e hijos, que volvió para intentar reconstruir lo que ya estaba roto y que en cada uno de esos momentos colocaba los cimientos de su voz narrativa que se hace de un lugar en la literatura universal cuando ya estaba en su cuarta década.
A "Isabel" se le agradece, más allá de lo que se ve (un cuidado trabajo de producción que recrea la época y cuyo interés por ser fiel ha sido alabado por la propia Allende) que no intenta ocultar las "fallas" de su protagonista (sí, fue infiel; no es un crimen, es humano), pero tampoco se esfuerza, como es típico de las obras de corte biográfico por conectar su vida con su obra; hay las conexiones y uno puede percibirlas (la he leído, tampoco es que sea experto) sin caer en lo obvio. Mención especial merece, por cierto, Daniela Ramírez, quién interpreta a Allende, recorriendo más de tres décadas con una mezcla de aplomo y vulnerabilidad que se traducen en verdad.
"Isabel" es una muestra de lo que una bio-serie debe ser, dejando ver a la mujer, la madre, la esposa, la amante, la luchadora, la escritora cuya alma se secaría si no lo hiciera, como ella misma ha dicho. Quizás puede reclamársele un tanto el que no dice mucho, más bien poco, de su proceso creativo, de lo que hay detrás de sus novelas, no en el sentido de cómo se conectan con su vida, sino de cómo nacen en su corazón, pasan por su mente y cobran vida en sus manos. Quizás ese sea materia para otra serie en la que sin duda sería un placer saber más de cómo se concibió "De amor y de sombra" o "Eva Luna", por mencionar un par, y que conste, es un acercamiento distinto del que hablo un párrafo antes.
En "Isabel" se intuye más sobre "La casa de los espíritus", la novela que la lanza a la fama, "El plan infinito", que está presentando cuando Paula cae en coma, y, desde luego "Paula" que nacerá del duelo que comienza aún antes de su partida. "Isabel" permite compartir con Allende el camino de su vida, el viaje que aún continúa y cuya meta no existe, pero cómo se disfruta.
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Chile 2021 - 3 Episodios de alrededor de una hora
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