El apocalipsis está a la vuelta de la esquina.
En 2021 "Ghostbusters: El legado" recupero el paso. Llegó después de "Cazafantasmas" de 2016, ese intento por lanzar la franquicia con un equipo de mujeres comandado por Melissa McCarthy y Kristen Wiig. "El legado" justo hacía eso, rendirle homenaje a la trilogía original a la vez que le pasaba la estafeta a una nueva generación, retomando los elementos esenciales de la franquicia: comedia, acción, trabajo en equipo y fantasmas. El acierto fue contundente con 204 millones de dólares (costó 75) y un 63% en el meta sitio Rotten Tomatoes que destaca justo su equilibrio entre nostalgia y revival. Una secuela o quinta entrega era inevitable.
Tres años han pasado y los Spengler están de vuelta en Nueva York, restableciendo a los Cazafantasmas y el cuartel original. Callie (Carrie Coon), Trevor (Finn Wolfhard) y Phoebe (Mckenna Grace) están encontrando un nuevo equilibrio y conformando una familia con Gary (Paul Rudd). Mientras lo intentan, Garraka, un dios demoniaco con la capacidad de congelarlo todo planea su regreso.
Esta entrega de "Ghostbusters" es un tropiezo, no uno fatal, pero un tropiezo al final. A diferencia de la anterior, quiere hacer tanto que su fuerza se diluye y, lo peor, en el camino se olvida de que es una comedia (es más bien un drama adolescente). El personaje que recibe mayor peso es Phoebe, quién se encuentra en un doble proceso: la adolescencia y no poder ser una Cazafantasmas oficial por ser menor de edad. Mckenna Grace hace gran trabajo y es una actriz que hace con gran gracia su transición a actriz juvenil tras ser una infantil (la hemos visto en "Un don especial" junto a Chris Evans, "Yo, Tonya" y la serie "El cuento de la criada"). El peso emocional del filme está en ella. Eso sí, la historia como tal es predecible (una adolescente "sola" engañada por alguien más, en este caso un fantasma).
A la historia de Phoebe se la suma la de la familia, el regreso de Garraka, pero no es lo único. Están también como subtramas la de Nadeem Razmaadi (Kumail Nanjiani), un joven intentando hacer dinero con las reliquias de su abuela, el que el espacio destinado para guardar fantasmas en el cuartel es ya insuficiente y el que los destrozos que se ocasionan en aras de atrapar a los entes sobrenaturales no tienen del todo contento al gobierno. Sí, al final todo converge, pero no deja de ser demasiado y sí, demasiado en el buen uso de la palabra. Es decir, se excede en una manera que no es conveniente y que deja con una película que si bien entretenida es fallida.
"Apocalipsis fantasmas" se va por el camino de las secuelas que piensan que más es mejor y quizás la cuestión no está del todo en que más no pueda ser mejor, sino en que más líneas narrativas definitivamente no lo son. Entonces, el gran elenco desmerece porque los personajes no existen en favor de la historia sino de dar "más". Porque además de los actores mencionados, está Patton Owalt como el Dr. Hubert Wartzki, experto en fantasmas; Celeste O'Connor, regresa como Lucky Domingo; Emily Alyn Lind hace a Melody, una fantasma adolescente. Y, desde luego, están Bill Murray, Dan Aykroyd, Arnie Hudson y Annie Potts, quiénes vuelven de la trilogía original como Peter Venkman, Raymond Stantz, Winston Zeddermore y Janine Melnitz. Sí, ya saben, en línea del filme de legado y buscando un gran momento en que la vieja y la nueva generación se unan para vencer al mal. Eso ya lo vimos en "El legado", salió bien y es momento de que la franquicia se desapegue. No se trata de olvidarse de lo anterior, pero sí de incluirlo cuando aporta y cuando se le da el lugar y el respeto que merece, de otra manera “Ghostbusters” no podrá verdaderamente moverse hacia delante.
"Ghostbusters 5" no será el final de la franquicia. Si bien una sexta parte aún no se anuncia es lo suficientemente entretenida como para conseguir salir avante en la taquilla. Ojalá la siguiente retome el camino y evite que el "imperio se congele" o se convierta en un fantasma.
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EE. UU. 2024 - 1h 55m
