"F1" de Joseph Kosinski
- Carlos Andrés Mendiola
- 28 jun
- 5 Min. de lectura
Esto es cine... esto es un blockbuster.
Joseph Kosinski es el nuevo maestro del blockbuster. Con "Top Gun: Maverick" mostró en 2022 por qué el cine tiene que verse en el cine. A "Top Gun: Maverick" precisamente por eso se le atribuyó el mérito de devolver a la gente a las salas gracias a una experiencia como ninguna otra, inmersiva, que hacía sentir que se volaba con los pilotos, pero también que se emocionaba con sus historias. "Top Gun: Maverick" hizo casi mil 500 millones de dólares en la taquilla y fue nominada a seis premios Oscar, incluida Mejor Película. "F1" vuela de la misma manera, pero en tierra.
"F1" trae de regreso a Brad Pitt a una súper producción como no se le veía quizás desde "Tren Bala" de 2022. Es Sonny Hayes, un piloto que fuera promesa en su juventud y que ahora se mueve en circuitos menores. Ruben Cervantes (Javier Bardem), ahora empresario y con quién hiciera dupla, lo busca para que le ayude a evitar que Apex, su escudería, pase a otras manos. Para lograrlo deberá hacer buena mancuerna con Joshua Pearce (Damson Idris), un novato con talento, pero enfocado en las redes sociales y su imagen. Juntos tendrán que colocarse en el Top 10, cuando Apex nunca ha siquiera figurado. Las estrategias de Sonny resultarán un tanto inusuales y pondrán a prueba al equipo.
"F1" es la primera gran experiencia cinematográfica de 2025 como lo fuera el año pasado "Duna: Parte 2" o antes la propia "Maverick". Es un espectáculo que tiene que verse en una sala de cines y si se puede, todavía mejor, en una sala IMAX o 3X. Kosinski desentraña la esencia de las carreras de autos y la hace accesible para cualquiera. Sí, "F1" será la delicia de los aficionados al deporte. La película se tomó su tiempo en producción, un par de años, porque está filmada en los circuitos reales. El recorrido incluye los grandes premios de España, Italia, Las Vegas y Abu Dabi, amén de un par más competencias como la de Daytona y Baja 100. También tiene más de una veintena de cameos de conductores estrella como Fernando Alonso, Checo Pérez, Lewis Hamilton y Charles Leclerc. Pero, su mérito y trascendencia no están ahí. "F1" hace lo que un buen filme debe hacer y es trascender el deporte del que habla, hablar de algo universal y conectar con cualquier. Por eso, quiénes no somos fanáticos y no sabemos mayor cosa de las carreras de autos igual la disfrutamos por todo lo grande. También porque aprendemos a entender que las hace fascinantes más allá del propio espectáculo. Una clave está en que hay estrategia y no se trata sólo de autos corriendo a alta velocidad y viendo cuál puede ir más rápido y llegar primero. Se trata de cómo, dos conductores de una escudería, en medio de un circuito por demás peligroso, donde su vida está literalmente en riesgo, vencen a otros tantos más; se trata de tecnología puesta al servicio de los conductores; se trata de cuerpos y mentes llevados al extremo para lograr lo imposible. Se trata de conseguir ese momento, como lo describe Sonny donde, cuando está en el auto, "todo es pacífico y nadie puede atraparlo. En ese momento, vuela".
Lo primero que atrapa de "F1" es, desde luego, Brad Pitt. Pitt está en ese selecto grupo de figuras como Tom Cruise y Johnny Depp donde su sola presencia, una sonrisa o un par de gestos son suficientes para que echarse al público en la bolsa. Luego, está el trabajo de Kosinski con las tomas y el lenguaje audiovisual. Se nota el cuidado puesto en explorar maneras en las que la cámara, la fotografía y la edición le permitan al espectador no sólo sentirse en el lugar del piloto, sino en la carrera misma. Ese mismo trabajo está puesto en el guion y en el recorrido total de la cinta. "F1" es una película que se va como agua, a la que sus poco más de dos horas y media no se sienten porque tiene un ritmo y una emoción, como la de un auto de carreras. La música es también un aspecto clave. Es obra de Hans Simmer, ganador de dos premios Oscar, nominado en 12 ocasiones y responsable de las bandas sonoras de "El rey león", "Gladiador", "Interestelar" y "Duna". El bit que sostiene es intrincado sin ser exhaustivo y ésa es otra clave.
El verano de 2025 ya ha entregado otros espectáculos. Quizás el más similar o cercano a "F1" sea "Misión imposible: Sentencia final". A diferencia de aquella, "F1" no abusa. Como pasa con los propios conductores sabe cuándo acelerar, cuando bajar la velocidad y dónde dar una vuelta. Las secuencias de acción de "Sentencia final" cansan, se pasan de duración. Las de "F1" no y eso que todas son en una pista de carreras, no hay la variedad de aquélla donde igual hay un submarino que Tom Cruise colgado de una avioneta. Es la diferencia de no engolosinarse y tener claro el premio final.
Brad Pitt está acompañado por un elenco sólido y que cumple con sus propios puestos. Javier Bardem es encantador como Pearce, quién le lleva la tentación a Sonny, pero quién también funge en cierta medida como mentor y también como recordatorio de las viejas glorias, de la promesa que no fue, pero podría ser. Damson Idris hace la némesis perfecta de Sonny. Son grandes opuestos en todos los sentidos: fenotipo, carácter, edad, estilo, personalidad. Idris y Pitt tienen gran química y hacen, respaldados por un buen guion, que el desarrollo de la relación entre los personajes evoluciones con lógica. Pasan de ser contrincantes a cómplices. Con Sonny convirtiéndose en el mentor de Joshua. Está Kerry Condon como Kate McKenna, la directora técnica. Sí, quizás al inicio eso se sienta como un esfuerzo por mostrar que una mujer puede ocupar dicha tarea, pero pronto se pasa de ello. Tiene su lógica y, además, está el que Kate es el interés romántico de Sonny. Está también Tobias Menziez como Peter Banning, miembro de la mesa directiva de Apex y el antagonista. Las piezas están bien puestas en la carrera y cada una está en manos de un experto del volante de la actuación.
"F1" alterna bien entre la historia, lo humano, y las carreras. La historia puede ser en cierta medida predecible. Es la de David contra Goliat. Pero una buena historia conocida funciona también por cómo es contada y ésta se suma a lo que muy bien hizo ya antes, en el mismo deporte, "Contra lo imposible", aunque ésta es mucho más inmersiva y trepidante que aquélla. Aquélla, por cierto, ganó dos premios Oscar y fue nominada en la categoría principal. Quizás es pronto, pero en años recientes Oscar se ha caracterizado por incluir una súper producción y "F1" bien podría haber llegado primero y hacerse de ese lugar, además de menciones en muchos rubros técnicos.
Más allá de todo lo visual y toda la experiencia, más allá del vaivén de emociones que incluyen comedia, romance, suspenso y drama, "F1" aborda el por qué se hace lo que se hace, más allá del dinero, más allá de los riesgos que implique. Es una pregunta constante a Sonny, "¿De qué se trata?" Y la respuesta está justo en "ese momento", en el momento en que "se vuela", "en que todo está en paz". Y "F1" hace volar y recuerda por qué cuando se ha encontrado aquello que hace feliz no se le puede dejar. Y también, por qué el cine nos hace vivir esas otras realidades que "nos hacen volar". Se dice en "La invención de Hugo Cabret", "el cine tiene el poder de capturar los sueños" y "F1" es un sueño capturado en la libertad de una pista de carreras, a toda velocidad y a pleno vuelo.
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EE. UU. 2025 - 2h 35m

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