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"Elvis" de Baz Luhrman

"Cuando hablar sea peligroso, ¡canta!" Padre

¿El "Ciudadano Kane" de la música?

"Elvis" de Baz Luhrman trae la vida de Elvis Presley, Rey del Rock and Roll, a la pantalla grande, pero con una mirada particular, quién cuenta su historia es el coronel Parker (Tom Hanks), su representante. Sanders, en su lecho de muerte, lanza una explicación ante un misterio, la decadencia y desaparición de Presley (Austin Butler). De ahí, en un flashback que luego se hila con otros, se narra su encuentro con el cantante, cuando ya empezaba su camino, la mancuerna que realizan, las primeras y escandalosas reacciones a su look, movimientos e interpretación, su ascenso a la fama, su ida al ejército, su matrimonio y paternidad, los excesos y su llegada al olimpo de la música. Sí, en ese sentido, la historia de Elvis no es "tan única", pero él sí.

La estructura de "Elvis" y su manejo de lenguaje audiovisual recuerda a "Ciudadano Kane", sólo que mientras aquélla cierra el misterio que lo guía todo de manera metafórica y dándole un nuevo sentido a todo lo que se ha visto, "Elvis" no consigue el mismo impacto. La película se diluye un tanto en ese sentido, al igual que en cuanto a brindar un cierre con la espectacularidad y emotividad que consiguiera "Bohemian Rhapsody", que, para ser honestos, en términos generales es una pelicula bastante irregular, pero con una gran secuencia final de concierto que la redime y hace que todo lo demás valga la pena. A "Elvis" le falta ese "golpe" final.

En términos de manejo audiovisual, complementado por su impecable diseño de producción, vestuario, maquillaje y fotografía, Luhrman hace un trabajo muy cuidado de transiciones y juegos que constantemente asemejan espirales, una buena metáfora para representar el envolvimiento de Presley en la industria, pero, más aún, en su relación con Sanders. El guion acierto con esos detalles. Construye una codependencia entre ellos. De parte de Elvis, buscando una suerte de figura paterna; de parte de Sanders, por conveniencia y para tapar sus errores. Hay otros momentos más que juegan a lo simbólico y que le agregan valor a lo que se dice sobre Elvis: su nacimiento, con elementos muy similares a los típicos de un héroe; su descubrimiento de la música en un contexto casi divino; su performance e iconografía similar a la de un súper héroe.

"Elvis" es valiosa en varios otros sentidos. Austin Butler es un descubrimiento. El actor se vuelve Elvis. Canta, baila, se mueve y transita del Elvis adolescente al Elvis maduro con naturalidad. No será raro verlo como una presencia constante en la temporada de premios e, incluso, compitiendo por el Oscar. Tom Hanks le suma otra gran interpretación a su carrera. Su versión de Parker recuerda al Pingüino y esa es una virtud.

Más allá de lo anterior, "Elvis" trae a la pantalla grande y la llena precisamente con aquello que, valga la redundancia, hacía único a Elvis. Lo hace destacando su personalidad única, lo que representaba y lo que lo ha llevado a ser una leyenda. Hoy, quizás, para el público general, de Elvis se recuerda su música y su look, pero en ello hay mucho de simbólico que se puede pasar por alto. Elvis era un hombre blanco que cantaba y se movía como una persona de color. Era un hombre que vestía, se maquillaba y peinaba "femeninamente". Era portavoz de letras que pedían libertad, que señalaban las prisiones sociales invisibles. "Elvis" le da voz y a todo volumen a ese legado que hace y hará que siga viviendo siempre. Le da voz a la música y confirma una máxima sencilla y poderosa, "cuando hablar sea peligroso... ¡canta!"

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EE. UU. 2022 - 2h 39m


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