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"Ellas hablan" de Sarah Polley


"La libertad es buena. Es mejor que la esclavitud. El perdón es bueno. Es mejor que la venganza. Y la esperanza de lo desconocido es buena. Es mejor que el odio a lo familiar," Ona

Ellas hablan...

Ya hay "Ella dijo" y ahora "Ellas hablan". Parecen títulos simples, parecen títulos obvios, incluso absurdos, ¿acaso las mujeres no hablaban ya? Y es que ésa es justo la cuestión: ¡No! No hablan o hablaban o, al menos, no lo hacía bajo una voz que se hiciera escuchar, que abordara aquellos temas y perspectivas que se ignoraban o mantenían en silencio.

"Ellas hablan" adapta la novela Miriam Toews que a su vez aborda eventos reales que sucedieron en una comunidad menonita de Bolivia. Es una reimaginación, como tal, pues la autora no estuvo ahí, pero lo que las mujeres enfrentan no es distinto a lo de muchas otras en pueblos y ciudades... Los hechos suceden en 2010, aunque bien podrían ser en cualquier momento. La comunidad, como sucede con los menonitas y otros grupos, está "fuera del tiempo".

Las mujeres han descubierto, confirmado es una mejor palabra, que los hombres han estado abusando de ellas y las niñas utilizando tranquilizantes para vacas. Ellos están encarcelados o bien fueron a pagar la fianza. Mientras eso se decide, ellas buscan resolver qué harán al respecto. Hay tres opciones: no hacer nada, quedarse y luchar o irse.

"Ellas hablan" es un filme poderoso, un filme de ideas. Sucede en su mayoría en el granero donde la discusión se lleva a cabo en un día; los momentos afuera sirven para dar contexto, mostrar recuerdos y la resolución. Inevitablemente recuerda a "12 hombres en pugna" donde un grupo de jurados deben decidir si un joven es culpable o inocente. Aquí, las mujeres deben decidir su futuro y con ello el de la comunidad. La culpabilidad está clara, pero habrá más si deciden incorrectamente.

Sarah Polley entrega en "Ellas hablan" un acercamiento al abuso de mujeres y el empoderamiento femenino que escapa de lugares comunes pues no se centra propiamente en los hechos ni tampoco en los efectos psicológicos (no los ignora tampoco), sino en cómo enfrentarlo. Es un filme en gran medida dialogado que tiene en la dirección de Polley y en sus actrices. Las mujeres que hablan pertenecen a todas las generaciones. Hay mujeres que ya son abuelas, otras maduras con hijos, unas más en espera y las que prácticamente son niñas, tanto que incluso, en medio de todo encuentran espacio para jugar. Ese mosaico permite que se intercambien perspectivas muy distintas entre sí, pero que dan cuenta de la dominancia de los hombres. Hay tres grandes temores que todas enfrentan en distintos grados: a los hombres, a los hombres en que sus hijos podrían convertirse y a Dios que, irónicamente también es hombre. La dominancia masculina es abrumadora cuando se ve cómo está presente en todos los frentes y cómo las ha mantenido ahí, presas de la fe (los abusos habían sido antes explicados como obra del demonio, quién las castigaba), de la tradición y la ignorancia (la mayoría no sabe leer ni escribir).

Autje (Kate Halley) cuenta la historia. Es hija de Mariche (Jessie Buckley), quién vive dedicada a su matrimonio, donde sufre violencia; Mariche está muy enojada y quiere pelear. Está Agatha (Judith Ivey), la matriarca de la familia Friesen. Agatha conoce bien la palabra de Dios, es una mujer de sabiduría y sensibilidad que se expresa constantemente por medio de metáforas alrededor de sus caballos. Ona (Rooney Mara), su hija, está embarazada a causa de una violación. Es una mujer tranquila para quién el amor a su bebé es tan grande que le permitirá olvidar todo lo demás. Su hermana, Salome (Claire Foy) tiene una postura muy distinta y teme no sólo por los hombres, sino por aquello en que se pueden convertir sus hijos. Entre el grupo está August (Ben Wishaw), un profesor cuya familia fue expulsada de la comunidad años atrás y que sirve para llevar la minuta y dejar registro de lo discutido (ninguna de las mujeres sabe escribir). En una participación pequeña está Frances McDormand como Scarface, una mujer mayor que cree que lo mejor es que la vida siga como siempre. Cada uno de los intérpretes está en plena forma, no en vano, sobre todo Foy, Mara y Buckley estuvieron en conversación durante la temporada de premios y se hicieron de algunas nominaciones, en especial Buckley y Wishay. El elenco está considerado como Mejor Reparto por el premio de Sindicato de Actores y el filme nominado al Oscar como Mejor Película y Mejor Guion Adaptado.

2023 deja para la historia y para seguir la conversación a "La mujer rey", "Ella dijo" y "Ellas hablan". Todas deberían estar nominadas de una manera u otra al Oscar, no por inclusión, sino por mérito. Todas son buenas películas. "La mujer rey" es la de mayor impacto comercial. "Ella dijo" y "Ellas hablan" son más críticas y aunque presentes en la temporada de premios, su poca acogida reafirma por qué ellas deben seguir diciendo y hablando. Autje cuenta, "no hablamos de nuestros cuerpos. Entonces, cuando sucedió algo así, no había lenguaje para ello. Y sin lenguaje para ello, hubo un silencio enorme. Y en ese enorme silencio estaba el verdadero horror."

"Ellas hablan" porque si no se nombra no existe.

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EE. UU. 2022 - 1h 44m


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