Las redes sociales son puestas al microscopio en este documental que visibiliza lo que hay tras escena de los medios más relevantes en la actualidad.
Mucho se dice de las redes sociales, de toda la información que obtienen de los usuarios, de cómo se han convertido en herramientas del marketing, en radiografías de quién se es, en predictores de qué se hará. "El dilema de las redes sociales" hace comprensibles sus entretelones. Utiliza datos duros y entrevistas con actores clave, muchos de ellos ex empleados de empresas como Google, Facebook, Instagram y Pinterest, quiénes explican cómo surgieron, cómo evolucionaron y más aún cómo son utilizados y administrados hoy en día con la intención de llevar mucho más allá el fenómeno de comunicación y convertirse en un elemento adictivo que afecta la salud mental, resultando incluso en suicidios, alimentando teorías de conspiración e interfiriendo en elecciones.
"El dilema de las redes sociales" podría parecer que refiere a un escenario distópico, a un episodio de "Black Mirro". No lo es. Para algunos es alarmista, para otros impreciso. En realidad es un esfuerzo del Centro para Tecnología Humana por hacer algo que debió hacerse desde hace muchos, muchos años con los medios masivos y que no se hizo por pensar que son "mero entretenimiento", una posibilidad de "escapar de la realidad"; la cuestión está en que esa realidad nos ha alcanzado y quizás, incluso, rebasado. Entender qué hay detrás, saber cómo funcionan es una vacuna para evitar creer que las redes sociales son inocentes y que los algoritmos que las hacen funcionar están ahí sólo para mostrar "lo que más nos interesa".
El mérito de "El dilema de las redes sociales" está en visibilizar de manera digerible un fenómeno sobre el que se necesita mucha más conciencia y, sobre todo, educación. Sí, educación. La escuela enseña mucho sobre el pasado y sobre temas relevantes, pero poco prácticos. Necesita comenzar a hacerlo sobre aquello que nos impacta día a día como nutrición y manejo de medios. Necesita darnos herramientas para entender la que es la punta del iceberg de las redes sociales y que se plantea al inicio del filme: si en una red social (o en internet) no hay producto, tú eres el producto. Y sí, se puede serlo, pero sabiéndolo la relación con ellas ya puede ser distinto.
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