La ironía está en el eslogan.
Carlos es un abogado que se ve envuelto a negociar con un secuestrador con quién tuvo una relación en el pasado. Carlos piensa que podrá resolverlo rápido y volver a casa con su esposa con quién espera a su primera hija, pero pronto se da cuenta que hay mucho más detrás del secuestro y que su propia familia podría tener intereses en todo ello.
Por dónde empezar. "Black Beach" pretender ser un thriller de tintes políticos, la cuestión es que en aras de cautivar al espectador se vuelve más críptica de lo necesario. El inicio es confuso y aunque después fluye a un mejor ritmo el vicio la persigue a todo momento. En ese afán de no darle más información de la necesaria termina por desconectar al espectador. Raúl Arévalo (Carlos) le hecha ganas, pero la realidad es que después de pocos minutos a nadie le interesa lo que le pase a Carlos y tampoco es que el carisma de Arévalo sea a prueba de balas. Quizás Candela Peña, quién hace a Alejandra, otra amiga de la juventud de Carlos, cumple más esa función, pero tampoco lo consigue del todo.
"Black Beach" abarca mucho y aprieta poco. Es pretenciosa; está llena de huecos y saltos en su guion. "Todo tiene un límite" y aunque lo pone arriba y al centro en su póster, está claro que se olvidó de ello cuando se hizo la película que pone a límite la paciencia y que más vale evitarse. Nada bueno hay en "Black Beach".
🎬
España / Bélgica / EE.UU. 2020 - 1h 50m
