Esta comedia romántica conoce muy bien los planos y los sigue con los materiales y las cantidades adecuadas. En ella, Gabriela, una diseñadora, entra a un concurso y se gana un hotel en Nueva Zelanda. Entusiasta viaja a conocerlo sin imaginar que el edificio ha visto mucho mejores días. Entonces y ante su resistencia debe aceptar la ayuda del contratista del pueblo. Sí, suena muy cliché y en gran medida lo es, pero la verdad es que está bien hecha, sus protagonistas tienen buena química y el resultado quizás sea como una casa más en una revista de arquitectura, pero una en la que al menos los minutos que se pasen en ella, serán agradables. 🏡🏡🏡
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