“Mi búsqueda me ha llevado a través de lo físico, lo metafísico, lo delirante y de regreso...” Nash.
La historia del genio afectado por la locura ha fungido como hilo conductor de muchos filmes. “Una mente brillante,” hace lo propio con la vida del ganador del Premio Nobel, John Forbes Nash Jr., profesor de Princeton. El responsable es Ron Howard, quien con este filme, que estuvo a punto de caer en las manos de Robert Reford y tener en los protagónicos a Tom Cruise y Salma Hayek, una obra sólida, un poco sobre valorada, pero sumamente meritoria y recomendable.
La película inicia con John Nash (Russell Crowe) como un estudiante universitario que lucha por conseguir una idea original. Eventualmente la encuentra, innova e influye el campo de las matemáticas con su teoría del juego. Es elegido para un postgrado en el MIT, que incluye trabajo para el gobierno, y donde conoce a Alicia (Jennifer Connolly), una brillante y hermosa joven. La pareja se casa y cuando espera la llegada de su primogénito los primeros síntomas de esquizofrenia se manifiestan.
“Una mente brillante” se construye como una lucha de un hombre por controlar su mente. Rodada en orden cronológico para ayudar a Crowe a desarrollar de forma progresiva el padecimiento y su efectos en el comportamiento del científico, la cinta tiene éxito en mostrar de forma gráfica los efectos de la esquizofrenia. Al igual que Nash el espectador puede ver al agente federal que lo persigue, y entonces, entenderlo. La mente de Nash fue siempre su distintivo. Se menciona que su maestra de primer año consideraba que nació con dos tantos de cerebro y uno de corazón. El que le faltaba se lo brinda Alicia, y es justo el contrapeso que lo ayuda a entender lo que le sucede y a aprender a vivir con ello.
Aunque el filme se inspira en la vida de John Nash, quien autorizó junto con Alicia su elaboración, y es bastante fiel a los hechos reales, existen varios aspectos que fueron deliberadamente omitidos. Nash se casó dos veces, ambas con Alicia. Tuvo un hijo fuera del matrimonio (antes de conocer a Alicia) y varios romances hetero y homosexuales. Este último aspecto se omitió debido al temor de que erróneamente se relacionara a los homosexuales con la esquizofrenia.
Nominada a diez premios de la Academia incluyendo Mejor Actor y ganadora de cuatro premios (Mejor Actriz de Reparto para Connelly, Mejor Guion Adaptado, Mejor Director y Mejor Película), “Una mente brillante” se separa de los filmes de su tipo gracias a un sólido, creativo y consistente guion (que recorre 47 años) de Akiva Goldsman, la dirección prudente y mesurada de Ron Howard, y el trabajo de sus intérpretes. Russel Crowe se transforma para dar vida a Nash. Lo construye con pequeños detalles, lo hace complejo, extraño, pero palpable y fascinante. Connolly, por su parte, es inteligente, cálida y confidente como la mujer enamorada del genio cuya botella resultó tener mucho más de lo que esperaba.
La mente parece ser la bendición que separa al hombre del resto de la creación. Pero es un arma de doble filo. Intrigante en su funcionamiento. Sorprendente en sus posibilidades. Temible en sus alcances. La de Nash resultó no ser sólo una mente brillante y hermosa, sino noble.
A Beautiful Mind
EE.UU. 2001
Director: Ron Howard.
Reparto: Russell Crowe, Ed Harris, Jennifer Connelly, Christopher Plummer, Paul Bettany.
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