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Foto del escritorCarlos Andrés Mendiola

Rebelde sin causa

“You’re tearing me apart!”

Tedio, juventud, desesperanza y soledad.


En el Estados Unidos de la post guerra, Jim Stark (James Dean) es el chico nuevo en una ciudad de Los Ángeles donde la brecha generacional se ha convertido en abismo. Jim es un preparatoriano que busca desesperadamente un camino y la convicción para seguirlo. Para lograrlo y salir de su aislamiento intenta encajar con sus compañeros, pero pronto su carácter y la actitud de los otros, lo envuelven en una serie de eventos que conllevan trágicas consecuencias. Al final, Jim paga el precio que implica crecer y madurar... el precio de sobrevivir.



“Rebelde sin causa” es la segunda en la breve, brevísima, filmografía de uno de los mayores íconos de la juventud. James Dean dejó un legado de tres películas (“Al este del edén” y “Gigante”, son las otras dos) que le han garantizado su permanencia en la historia como uno de los más grandes ídolos de todos los tiempos y como una referencia obligada cuando de actuación, sexualidad y rebeldía se trata. De su fugaz vida y duradera fama nace la célebre frase que dicta “vive rápido, muere joven”. Y esta cinta, no puede ser mejor ejemplo, pues su estreno fue póstumo al actor, 27 días después de que muriera en un accidente automovilístico, fue exhibida por primera vez.


La película fue de gran influencia en su tiempo por retratar de una manera más cruda a la juventud. Los protagonistas son seres cuyos conflictos surgen de tres fuentes: la relación con sus padres, la sociedad en que viven y su paso por esa terrible, pero necesaria enfermedad llamada adolescencia. Ésa es la mayor pesquisa. Jim está atrapado entre una madre dominante y un padre condescendiente y falto de carácter quien no haya respuesta a la inquietante pregunta que sentencia “¿Qué se puede hacer cuando tienes que ser un hombre?” Y es que crecer, nunca ha sido fácil.


Más aún, “Rebelde sin causa” es también una película interesante en tanto toca, aunque de manera velada, el tema de la homosexualidad y, sobre todo, ilustra el quiebre de la línea que marcaba la diferencia de género. La distancia se acorta cuando las mujeres desafían y los hombres se dan permiso de sentir. Dean es igualmente conocido por su imagen vulnerable y ambigua. Una imagen que ubica al hombre dentro de un espectro de sensibilidad y que en su caso complica la posibilidad de diferenciar al actor de sus personajes.


“Rebelde sin causa” es un documento histórico que se ubica en el lugar 50 de los Cien Mejores Filmes del American Film Institute cuyo reparto incluye a los legendarios Natalie Wood y Sal Mineo (actores que coincidentemente tuvieron trágicos finales) y que se hizo en su tiempo de tres nominaciones al Oscar (Mejor Actriz y Actor de Reparto y Mejor Guion).


La espiral entre niñez y madurez parece infinita, y se complica cuando parece que un torbellino se posiciona sobre ella. Unos días es más fuerte, más intenso. Otros... la calma asoma. La confusión es grande y la búsqueda interminable. Aquello que se necesita está en el interior y requiere de un largo proceso de descubrimiento y aceptación. Lo irónico está en que después de un embate y otro, lo último que se quiere es un problema.

Rebel without a cause

EE.UU. 1955

Director: Nicholas Ray.

Reparto: James Dean, Natalie Wood, Sal Mineo, Jim Backus, Anne Doran.

Artículo inicialmente publicado en el periódico estudiantil “La Catarina” de la Universidad de las Américas-Puebla. Derechos Reservados de Carlos Andrés Mendiola H.

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