“Probablemente sólo estás teniendo una crisis a la mitad de tu vida. ¿Ya compraste un porche?” Charlotte.
Viaje y encuentro.
Bill Murray es Bob, un actor veterano que conserva su fama aun cuando sus buenos tiempo fueron en la década de los 70. Bob se encuentra en Tokio para filmar unos comerciales; sus noches son tristes, depresivas y solitarias. Sólo él, su habitación y el silencio. Scarlett Johanson es Charlotte, una recién graduada en una situación similar; su esposo la llevó consigo de viaje más no a las locaciones donde debe tomar fotografías. Los dos americanos eventualmente se conocen para compartir sus monotonías y esperanzas.
“Perdidos en Tokio” es la segunda incursión como directora de Sofía Coppola, hija del legendario Francis Ford Coppola (“El padrino”, 1972), luego de un afortunado debut con “Las vírgenes suicidas” (1999). Y es que, en esta ocasión, Coppola demuestra un mayor dominio y entrega un trabajo poderosamente intimista. “Perdidos en Tokio” es obra de su autoría y le mereció nominaciones al Oscar tanto como Mejor Directora como Mejor Guionista de una obra original; lo ganó en la segunda categoría. La cinta fue considerada también en los rubros de Mejor Película y Mejor Actor. Así mismo, Coppola fue premiada en el Festival de Venecia y por los Independent Spirit Awards.
Pero la dirección y el guion, no son los únicos elementos destacables de esta discreta y eficaz obra. La fotografía es una delicia y el trabajo de sus dos actores principales sobresaliente. Murray deja atrás la comedia simplona para sumergirse en la piel del confundido Bob, dando la que posiblemente sea la mejor actuación de su carrera. Johanson está a la altura en todo momento; esta película, junto con “La joven con el arete de perla” (también de 2003), la colocaron como una de las mejores actrices de su generación, hecho que ha corroborado con sus participaciones en cintas como “Secretos del pasado” (2004) y “La provocación” (2005) de Woody Allen, aunque sería su participación en el Universo Cinematográfico de Marvel como Black Widow la que le daría popularidad; la validación vendría en 2020 por “Historia de un matrimonio” y “Jojo Rabbit”, un drama y una comedia, por los cuales obtendría (finalmente) nominaciones al Oscar. Los actores son los personajes y hacen que el espectador olvide que está viendo una película; el espectador vive y siente la trama. Él ha experimentado en un momento u otro lo mismo, y en ése preciso está perdido, traduciendo sus propios sentimientos.
“Perdidos en Tokio” es una comedia inusual, un drama existencial, una historia de amor platónico y una reflexión. El filme tiene un ritmo lento que refuerza la profundidad del tratamiento, pero que puede no ser del gusto de todos. La soledad, el limbo que separa y cuestiona lo que se es, se ha decidido ser y se ha dejado de ser, es un instante en el tiempo que define sutil, delicada y determinantemente el rumbo a seguir. Poner en orden, igualar el significado, entre un lado y otro es el reto que cumplir. Tal vez no todo llegue de un extremo a otro.
Lost in Translation
EE.UU. /Japón 2003
Director: Sofía Coppola.
Reparto: Bill Murray, Scarlet Johanson, Giovanni Ribsi.
Artículo inicialmente publicado en el periódico estudiantil “La Catarina” de la Universidad de las Américas-Puebla. Derechos Reservados de Carlos Andrés Mendiola H.
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