Un reparto de actores latinoamericanos de formación telenovelera dan vida, de la mano del director peruano Ricardo de Montreuil, a la melodramática adaptación de la novela homónima de Jaime Bayly. “La mujer de mi hermano” se salva por poco de caer en los lugares comunes de las telenovelas aunque no es del todo impredecible en su desarrollo; su mejor atributo es el desenlace... tan revelador como inquietante .
Zoey (Bárbara Mori) tiene una vida donde todo parece hermoso. Su casa, una minimalista estructura de hierro y cristal, es el mejor reflejo de su soledad e insatisfacción. Ignacio (Christian Meier), su esposo, está siempre tan tenso y es tan predecible y rutinario que Zoey no puede evitar el aburrimiento. Ignacio cada vez está menos en casa, sólo le hace el amor los sábados... y lo hace con tal mecanismo que la pasión parece cuestión de otro planeta. Zoey incluso sospecha que es homosexual. Entonces aparece Gonzalo (Manolo Cardona), el hermano ‘vividor’ de Ignacio. Gonzalo es pintor y está lleno de todas las características que su hermano carece. Entre ellos hay una cierta enemistad que sólo está a punto de incrementarse cuando Zoey encuentre el alivio que necesita en brazos de Gonzalo.
“La mujer de mi hermano” sufre de indefinición de género. Principalmente parece una telenovela obscura pero también juega con el thriller y el drama psicológico. Remite a las películas protagonizadas por personajes atractivos que actúan de forma discordante. Son infieles, neuróticos, insaciables sexuales y víctimas de la culpa. De Montreuil es inteligente en acomodar las piezas de tal forma en que, a pesar de las carencias, la tensión narrativa se mantenga constante. Lo ayuda una cuidada fotografía y un elenco de protagonistas de telenovela que saca provecho de las situaciones. Bárbara Mori interpreta con carisma a la victimizada, pero manipuladora Zoe. Manolo Cardona es bueno en dotar de misterio a Gonzalo, dejando en la duda sus intenciones. Christian Meier cumple estoicamente. Bruno Bichir y Angélica Aragón completan un elenco en el que Beto Cuevas del grupo ‘La Ley’ tiene una singular participación como el sacerdote que aconseja a Zoe.
La complejidad de las relaciones humanas y los límites y extremos que se ponen en juego en ellas son la médula de “La mujer de mi hermano”. El final, quizá un tanto abrupto, es jugoso por inesperado, mordaz y crudo. Es un momento de revelaciones donde el perdón es la pieza de cambio en una balanza donde la moneda de cambio no es tanto el olvido, como la aceptación de las acciones del otro a cambio de las propias. Y eso, ante lo contundente de los hechos, no es poca cosa.
Argentina/México/Perú/EE.UU. 2005
Director: Ricardo de Montreuil.
Reparto: Bárbara Mori, Christian Meier, Gaby Espino, Manolo Cardona, Angélica Aragón, Beto Cuevas.
Comments