Magia que cobra vida...
Howard Ashman fue el contador de historias, el compositor y el "dador de vida" de "Bajo el mar" de "La sirenita", por la que ganaría el Oscar; "Sea nuestro invitado" de "La bella y la bestia" y "Un amigo como yo" y "Príncipe Alí" de "Aladino", por citar sólo algunas. "Howard" recorre su vida, desde su nacimiento en Baltimore donde transformaba sus juguetes y creaba mundos para entretener a su hermana, hasta su llegada a Disney, pasando por su parada en Broadway, donde tuvo sin sabores, pero donde dejó la inolvidable versión musical de "La tiendita de los horrores". El documental no rehúye su vida personal y toca con gran naturaleza (algo raro en Disney) la vida homosexual de Howard y los últimos meses de su vida; falleció víctima del SIDA.
"Howard" es un triunfo en muchos niveles. Hahn hace una gran labor al balancear, en su mayoría, fotografía y voz en off de la familia, amigos, pareja y compañeros de trabajo de Howard. Desde el inicio tiene clara su tarea, dejar ver las luces y sombras del hombre, del artista, enfocándose más aún en las primeras y consiguiendo lo que toda buena biopic debe conseguir: capturar la pasión y el genio, mostrarlos dando vida. ¡Y de qué manera lo consigue! Es un recorrido emocionante y emotivo.
Howard Ashman vivió 40 años. Fue un periodo corto. "Howard" captura con gran cariño y tacto, su grandeza y esa capacidad para leer una historia, un pasaje, y transformarlo en una letra para una canción, en un viaje emocional que mueve la historia hacia adelante. Él mismo se percata, y el documental lo muestra, de que aunque su vida estaba terminando, su creación viviría por siempre y compartiría con la eternidad un poquito de quién fue Howard Ashman. "Howard" muestra eso y es hermoso.
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