Emulando la mejor tradición de la literatura fantástica, “Hombre mirando al sudeste” es digna heredera del trabajo en el género del también argentino Jorge Luis Borges.

El solitario Dr. Denis (Lorenzo Quinteros) trabaja en un hospital psiquiátrico donde no hay mayor novedad. Un día el número de pacientes ha cambiado. Ninguno ha escapado. Se ha agregado Rantés. El visitante clama ser de otro planeta. Los estudios que se le aplican no demuestran que padezca enfermedad alguna. Rantés sostiene lo dicho y la duda está en el aire. Es agradable, bondadoso, aunque carente de emoción, y letrado y hábil en una serie de actividades que parece imposible. Sus explicaciones desde luego son también lógicas. La existencia de Rantés oscila entre lo humano, lo misterioso y lo místico. Descubrir su verdadera naturaleza será el objetivo.
“Hombre mirando al sudeste” es un documento de múltiples lecturas e interpretaciones. Eliseo Subiela entrega una historia de pocos, pero efectivos diálogos, con actuaciones a la medida y un efectivo, aunque modesto uso del lenguaje audiovisual. El guion, también de su autoría y escrito en un mes, hace claras referencias a la vida de Jesucristo. Subiela pone sobre la mesa el tema de la fe, pero no limita su interpretación únicamente a la religiosa. El dilema que desata Rantés puede ser transferible a la confianza y esperanza, que se depositan en el gobierno y los medios de comunicación. Es un ensayo sobre la conformidad y la sanidad mental, pero sobre todo sobre la incapacidad de ver las cosas desde otro punto de vista.
Considerada dentro del género de ciencia ficción por tratar de un extraterrestre, “Hombre mirando al sudeste” es en realidad una muestra de lo que verdaderamente es lo fantástico. Al género fantástico malamente se le ha confundido y difundido bajo lo maravilloso (“El señor de los anillos”, “Harry Potter”, “Las crónicas de Narnia”, etcétera), que si bien es una de sus áreas está lejos de lo que sostiene al género. El fantástico puro sucede en este mundo y hace lo que “Hombre mirando al sudeste”, mantiene en la duda. Borges es uno de sus mayores exponentes. Y Subiela un digno heredero de la tradición para el cine.
Filmada en el Hospital Borda de Buenos Aires, “Hombre mirando al sudeste” fue seleccionada para representar a Argentina como Mejor Película Extranjera en el Oscar. Aunque no obtuvo nominación se hizo del Premio de la Audiencia del Festival de Sao Paulo, del Premio de la Crítica en el Festival de Toronto, del Premio al Mejor Director y Mejor Película en el Festival de Sebastián, y de nueve premios, incluidos el Cóndor de Plata a Mejor Película y Mejor Director por la Asociación de Críticos de Argentina.
“Hombre mirando al sudeste” pone sobre la mesa una buena pregunta. Responderla no es sencillo. Hay que verla, pero lo único seguro es que la duda permanecerá inevitablemente.
Argentina 1986
Director: Eliseo Subiela.
Reparto: Lorenzo Quinteros, Hugo Soto, Inés Vernengo.
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