¿Una mujer con substancia?
Griselda Blanco es una leyenda entre las figuras del narco. Una de pocas mujeres en un mundo de hombres. Blanco jugó un rol principal en los bajos mundos del Miami de los 70's y hasta inicios de los 2000's. "Griselda" cuenta su historia en una miniserie producida y protagonizada por Sofía Vergara, quizás la actriz colombiana de mayor relevancia y presencia en Hollywood.
Hay tres formas de ver "Griselda". En dos de ellas acierta, la tercera es un engaño. La primera es como entretenimiento. La serie está hecha con buenos valores de producción y funciona, a pesar de ciertos fallos, en su narrativa. Los fallos tienen que ver con la dosificación de información. Los primeros capítulos se toman su tiempo para contar cómo es que Griselda se hace de un lugar en Miami. El recorrido inicia justo en su llegada y concluye con su entrega a las autoridades y su posterior muerte tras ser liberada. Esos últimos capítulos, se van en acelerador. Pareciera que ya avanzados en los guiones, a los guiones se les avisó que ya no había más capítulos, así que lo que les quedaba por contar ya se hizo en un dos por tres. Con todo, es entretenida y se mantiene en vilo gracias a los constates retos que debe vencer Griselda y que van de ingeniárselas a transportar droga en el relleno de la ropa interior de mujeres a negociaciones con otros capos.
La segunda manera de ver "Griselda" es como un vehículo para su estrella. Sofía Vergara está consolidada como actriz de comedia. Por "Modern Family", la serie que la pone en el mapa y la hace una estrella, fue nominada a los premios más importantes como el Emmy y el del Sindicato de Actores, y ganó en la categoría de Ensamble. "Griselda" le da oportunidad de mostrar que es una actriz completa y que tampoco depende de su físico. Las fotos habituales de Grisela Blanco son las que le tomaron en prisión, ya con más edad, aunque hay algunas de su juventud. Si era bella o no estará a juicio de cada quién. Sin embargo, es claro que no tiene parecido con Vergara. Para asemejarla un poco, le es colocado un prostético en la nariz. Más allá de ello, la labor que hace Sofía hace que la estrella desaparezca. Es un acierto en su carrera que de funcionar como espera le abrirá puertas a personajes más maduros y otro tipo de proyectos en cine y televisión. Es un parteaguas en su carrera.
La otra forma de ver "Griselda" está en su agenda. De manera más o menos velada, "Griselda" se inserta en los relatos de empoderamiento femenino que toman como base a figuras públicas y que ya incluyen series como "Madame C. J. Walker: Una mujer hecha a sí misma" o películas como "Talentos ocultos", "Nyad" o "La voz de la igualdad". Sin embargo, como pasa con otras historias de narcos, "Griselda" romantiza conductas y logros que no tienen nada de meritorio. Es decir, ponerla como una heroína es un horror pues nada tiene de ejemplar lo que hizo y cómo lo consiguió. También está el que ficcionaliza y mucho de lo contado está acomodado para servir al dramatismo y no porque realmente sucediera.
Entonces, "Griselda" debe verse como lo que es, entretenimiento, pero no como como una historia inspiradora o aspiracional. Debe verse como una mujer con "substancia" entendido la palabra como una historia de vida, pero no que dé vida o motive vidas. "Sustancia" como el arma nociva que mata, intoxica y destruye. De otra forma estará haciendo irónicamente el efecto de aquello que vendía Griselda y que sólo deja en el camino muerte, física, moral, neuronal y de voluntad. Cuidado con la "substancia" que sólo se procesa con los ojos, pero no con el cerebro.
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