A Coco, la Nanna Macip es... simplemente eterna.
Nanny McPhee (Emma Thomson), la Nana Mágica, está de regreso.
Durante la Segunda Guerra Mundial la Sra. Green (Maggie Gyllenhaal), cuyo esposo combate en el frente, trata de convencerse de que consigue salir avante de la titánica tarea de educar a sus tres hijos, administrar la granja y trabajar en la tienda de abarrotes del pueblo. Cuando sus dos sobrinos llegan de la ciudad, el choque entre los infantes causa nuevas tensiones que se suman a la insistencia del tío Phil (Rhys Ifans) de vender la granja; lo cierto es que ha perdido en una apuesta la propiedad de la que es codueño. Cuando la situación parece no poder ser más caótica llega Nanny McPhee con una nueva serie de cinco lecciones que enseñar.
A diferencia de otras secuelas, “El regreso de la Nana Mágica” se sostiene como filme por sí solo, aunque para los observadores hay un pequeño guiño al final de la historia que la une con la primera entrega. De nueva cuenta Nanny McPhee es el catalizador que ayuda a los niños a reconciliarse con la ausencia de su padre, a hacer las pases entre ellos y sus primos, a enfrentar la realidad y aceptar las decisiones de sus padres (los papás de los primos se están divorciando); a los adultos les enseña a escuchar a sus hijos, a tratarlos como seres pensantes y a recuperar la fe en lo imposible (bien dice la publicidad que “¡Creerás que los cerditos pueden volar!”). El guion corre de nueva cuenta a cargo de Emma Thomson, quien ha hecho de la serie y el personaje una tarea personal, tanto que en esta ocasión produce también.
El mérito de “El regreso de la Nana Mágica” está en la manera en que consigue equilibrar su estrafalaria imagen y la serie de eventos fantásticos (los citados cerditos, objetos parlanchines, un pequeño elefante y un cuervo con problemas digestivos, entre otros) con los mencionados temas de mucha más seria índole. Y no lo hace de manera gratuita o superficialmente. El corazón de “El regreso de la Nana Mágica” está en la familia como principal valor, lo que lo hace latir a tan buen ritmo es el impecable guion y la atinada dirección de Susan White, en su primer trabajo para la pantalla grande. Desde luego no le perjudica contar de nueva cuenta en el reparto con un grupo de probados actores en los personajes adultos y un quinteto de niños tan carismáticos como talentosos. Entre los primeros está una muy simpática Maggie Smith como la despistada señora Docherty, Rhys Ifans como el impotente y egoísta Phil, Maggie Gyllenhaal como la desesperada pero amorosa Sra. Green y, en breves participaciones, Ralph Fiennes como un duro y casi estoico general, y Ewan McGregor como el padre de anhelado retorno. Entre los niños Asa Buttefield (“El niño con el pijama de rayas”, 2008) destaca como el preocupado, responsable y muy consciente Norman.
“El regreso de la Nana Mágica” es un cuento que le hace honor a su nombre: mágico. Es un viaje fantástico a un mundo maravilloso, obscuro, intrigante, pero entrañable. Un mundo que refleja al real y que se redescubre como se redescubre a la Nana Mágica, quien de nueva cuenta está ahí, como lo indica su máxima, cuando se le necesite aunque no se le quiera y se irá cuando ya no se le necesite aunque se le quiera. Así de “cruel” pero sabia (y bella) es la vida.
Nanny McPhee and the Big Bang
Inglaterra/Francia/EE.UU. 2010
Director: Susan White.
Reparto: Emma Thomson, Maggie Smith, Ralph Fiennes, Maggie Gyllenhaal, Rhys Ifans, Ewan McGregor, Asa Butterfield.
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