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El poder de la justicia

“Sólo soy otro abogado. Otro tiburón en el agua sucia,” Rady Baylor.

Justicia, ley, principios y estrategia.

Rudy Baylor (Matt Damon) es un joven abogado de Memphis que se une al bufete encabezado por Bruiser Stone (Mickey Rourke). Después de un poco de práctica y tras la investigación de la cual es sujeto la firma, Rudy y su compañero Deck Schifflet (Danny DeVito) deciden emprender el vuelo juntos. Mientras tratan de conseguir clientes, Rudy defiende a un adolescente cuya muerte a causa de la leucemia es inminente y a su madre en contra de una compañía de seguros que erróneamente ignoró su petición. El novato deberá enfrentarse al increíble equipo de la aseguradora encabezado por el intimidante y experimentado Leo Drummond (Jon Voigt). En el camino conoce a Kelly Riker (Claire Danes) una víctima de violencia doméstica a quien convence de abandonar a su abusivo esposo y con quien se involucra más allá de lo permitido entre cliente y abogado. Los giros de la vida y el juicio ponen a Rudy frente a la disyuntiva de ser un buen hombre o un buen abogado.



“El poder de la justicia” es una elección peculiar para un cineasta como Coppola, sobretodo después de clásicos como “Apocalipsis ahora” (1979), la trilogía de “El padrino” (1972 a 1990) y “Drácula de Bram Stocker” (1992). La cinta está basada en una novela del famoso escritor de best-sellers John Grisham cuyo trabajo ha visto la pantalla en varios ocasiones, baste mencionar “El informe pelícano” (1993), “El cliente” (1994) y “Tiempo de matar” (1996). Sus thrillers son siempre intrigantes, mantienen atento al lector y son buen material para películas entretenidas y llenas de giros inesperados y revelaciones. Curiosamente, “El poder de la justicia” no es la más espectacular, ni la más fácil de llevar a la pantalla, pero Coppola la coloca como la mejor adaptación de una obra del escritor al centrarse en el dilema de aquellos que deben defender a costa de lo que sea a sus clientes y apegándose a una Ley que peca de paradójica, ambigua y laxa; cualquiera puede tener la razón, sólo hay que saber encontrar el punto de vista adecuado para ver el problema. En el transcurso se puede desviar el camino; las tentaciones y los atajos son muchos.


Matt Damon vio su carrera despegar en 1997 gracias a este película y su participación como actor y guionista de “Una mente indomable” por la cual obtuvo el Oscar en la segunda categoría. Su trabajo es bueno y muestra a un actor en desarrollo. La crítica lo reconoció con varias nominaciones y un par de premios, entre ellos el de la Sociedad de Críticos de las Vegas por su desempeño en ambos filmes. El resto del reparto cumple, pero es sobretodo DeVito quien se roba las escenas.


Las grandes compañías tienen grandes intereses y un objetivo principal, hacer dinero. Los abogados son representantes legales dispuestos a defender a quien sea en el nombre de la Ley. En su labor, en el cumplimiento de su deber, se enfrentan al peor escenario: el de la realidad, la corrupción y la doble moral. Un escenario interno donde deben ser juez y parte, y tomar una postura.


(The Rainmaker)

EE.UU. 1997

Director: Francis Ford Coppola.

Reparto: Matt Damon, Danny DeVito, Mickey Rourke, Claire Danes, Andrew Shue y Jon Voight.


Artículo inicialmente publicado en el periódico estudiantil “La Catarina” de la Universidad de las Américas-Puebla. Derechos Reservados de Carlos Andrés Mendiola H.

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