“Todo gran truco de magia consiste de tres partes o actos. La primera parte es ‘la presentación’. El mago muestra algo ordinario. La segunda parte se llama ‘el giro’. El mago hace que lo ordinario haga algo extraordinario. Ahora estás interesado en el secreto... pero no lo encontrarás porque no estás realmente viendo. No quieres saber en realidad. Quieres ser engañado. Pero no aplaudirás aún porque hacer que algo desaparezca no es suficiente, debes traerlo de regreso. Es por ello que cada truco de magia tiene un tercer acto, la parte más difícil, la parte que llamamos la prestidigitación (the prestige)”, Clutter.
“El gran truco” se basa en la premisa de todo gran truco y hace que cada acto se corresponda con el momento en cuestión. La historia comienza con un juicio. Clutter (Michael Caine), representante de ‘El gran Danton’, atestigua. Alfred Borden (Christian Bale) es acusado del asesinato de Robert Angier (Hugh Jackman), ‘El gran Danton’. El hecho se consumó tras sabotear el truco principal de Angier, “El hombre transportado”. La rivalidad entre los magos viene de sus inicios como aprendices donde un ‘error’ le costó la vida a Julia (Piper Perabo), la esposa de Angier. Como resultado los hombres viven obsesionados con descubrir los secretos del otro. Pero en un mundo de magia nada es lo que parece.
El director Christopher Nolan se toma un descanso de Batman para dirigir esta inteligente historia que recuerda por momentos los juegos mentales de “Memento” (2000), una de sus obras más interesantes pues es contada en reversa. En esta ocasión, Nolan toma la novela de Christian Priest, y junto con su hermano y guionista de cabecera, Jonathan Nolan, articulan un detallado relato que exige de la más minuciosa atención del espectador. La historia va y viene en el tiempo en repetidas ocasiones, lugares y personajes. Para entender los secretos de “El gran truco” hace falta no parpadear ni una sola vez y no descartar ninguna posibilidad. La historia se mueve principalmente dentro del terreno de lo mágico pero explicable hasta que en el tercer acto se agrega un toque de ciencia ficción. La intención es girar el significado de la historia, por un lado, hacia los terrenos de lo imposible, y por otro, hacia los límites morales del ser humano. El hecho netamente fantástico puede cuestionarse e incluso considerarse como el punto débil del filme. Lo cierto es que funciona para demostrar el punto (mágico y ético). Repetidamente se menciona si se está dispuesto a ensuciar las manos. Nolan no parece temerlo.
Al gran truco lo visten una Dirección de Arte y Fotografía nominadas al Oscar, y un reparto de estrellas y actores consagrados. Hugh Jackman y Christian Bale ejecutan a la perfección el antagonismo de sus personajes, llevándolo por momentos a la obsesión y llenando el aire con una tensión que evita cualquier suspiro. Nolan es inteligente al llevar la simpatía de uno a otro sin tomar partido por ninguno. Michael Cane se muestra resuelto como el paternal representante y Scarlett Johansson cumple como la sirena despechada que rechaza ser un peón en la partida final de ajedrez.
La vida es el gran truco. “El gran truco” juega con ella y con el espectador. Le exige. Lo reta. Y aún cuando se descubre le deja un sabor difícil de digerir. El ingrediente incómodo es el mismo ser humano.
The Prestige
EE.UU./Inglaterra 2006
Director: Christopher Nolan.
Reparto: Hugh Jackman, Christian Bale, Michael Caine, Scarlett Johanson, Piper Perabo, David Bowie.
Comments