Con “El diario de Bridget Jones” Renée Zellwegger saltó al primer plano en el firmamento de Hollywood. La tejana ya había llamado la atención en sus participaciones en “Jerry Maguire, amor y desafío” (1996), “Cosas que importan” (1998) y “La enfermera Betty” (2000), pero es como la regordeta Bridget Jones que Zellweger demostró su capacidad para transformarse y cargar sobre sus hombros el peso de un filme. Por “El diario de Bridget Jones”, Zellweger obtuvo su primera de tres nominaciones consecutivas al premio de la Academia, cada una por una interpretación por completo distinta y en un género igualmente diferente (en 2002 por el musical “Chicago” y en 2003 por el drama “Regreso a Cold Mountain”). Finalmente obtendría por primera vez la distinción en el rubro de Mejor Actriz de Reparto.
Bridget Jones es creación de Helen Fielding, quien con una trama que recuerda al “Orgullo y prejuicio” de Jane Austen, colocó el diario como best-seller internacional. El recuento ficticio narra las desventuras de una treintañera londinense que decide tomar el control de su vida. Hasta ahora se ha dedicado a fumar bastante, beber bastante, comer bastante, sin encontrar al hombre indicado. Luego de ser humillada por el atractivo Mark Darcy (Colin Firth) en una fiesta navideña, Bridget se apresta a apresurar el cambio. La ejecutiva de relaciones públicas de una editorial se ve en mayores aprietos cuando recibe un sugerente correo electrónico de su jefe, el carismático Daniel Cleaver (Hugh Grant).
Sharon Maguire, directora de televisión, tiene un afortunado debut con “Bridget Jones”. La película funciona como una comedia romántica pero sobresale gracias a que se mantienen los elementos principales de la novela. Jones no es una heroína como muchas otras de la pantalla grande. Está lejos de la perfección. Sus anhelos, aspiraciones, problemas e inseguridades son los de cualquier mujer en los treinta. Maguire los retrata con simpatía y esperanza. La ayudan un guion ágil e inteligente y una fotografía que tiene a bien rescatar el irónico encanto inglés. La cereza en el pastel la pone un cuadro de actores más que adecuado para las partes.
Zellweger, quien subió más de diez kilos para el papel y trabajó, como parte de su preparación, un mes en una editorial, encarna con tal convicción y desparpajo a Jones que es difícil imaginar que se trate de una actuación. Zellweger es Jones en toda la extensión de la palabra (acento inglés incluido). Es una interpretación brillante, inteligente y accesible. La acompañan un par de actores a quienes curiosamente se hace referencia en el libro: Colin Firth y Hugh Grant. Los histriones juegan fuera del tipo en el que habitualmente se les coloca y funcionan como los dos intereses románticos entre quienes Bridget se ve atrapada.
“El diario de Bridget Jones” es una cautivadora comedia que se siente como la vida real. Y se trata de una vida real tan depresiva como divertida, sobrecogedora e inspiracional.
Bridget Jones’s Diary
Inglaterra/Francia 2001
Director: Sharon Maguire.
Reparto: Renée Zellweger, Hugh Grant, Colin Firth, Jim Broadbet.
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