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Foto del escritorCarlos Andrés Mendiola

"Animales fantásticos: Los secretos de Dumbledore" de David Yates

La magia ha perdido la brújula.

No me malentiendan, "Los secretos de Dumbledore" es entretenida y le da nueva dimensión a uno de los personajes más importantes de la serie, pero en su camino en volverse "más seria", el Wizarding World ha perdido parte de su encanto.

Es 1932 y están por celebrarse elecciones en el mundo mágico. Gellert Grindewald (Mads Mikkelsen) tiene intenciones para hacerse de la posición y así consolidar sus planes de declararle la guerra a los muggles. Albus Dumbledore (Jude Law) tiene un plan para detenerlo. Newt Scamander (Eddie Redmayne), un grupo de magos y Jacob Kowalski (Dan Fogler), un muggle serán esenciales para ello.

Al ver esta entrega, que es el punto medio de una serie de cinco filmes, me saltaron varias preguntas: ¿No se supone que esta serie era sobre Newt Scamander? ¿Si es así por qué se siente más bien sobre Dumbledore (por no decir la disputa entre él y Grindewald)? ¿En qué momento el universo de Harry Potter se volvió político? ¿Acaso no era "familiar"? ¿Esto es de interés para toda la familia? ¿Quién es el público ahora? Vaya, no tengo nada en contra de que haya madurez, la saga inicial empieza con Harry siendo un niño y termina como un joven adulto, pero su audiencia creció con él. Éso no está suciendo con "Animales fantásticos". Bueno, ¿dónde quedan los animales fantásticos? Es claro que ya no son el foco, sino un mero apelativo para esta serie de precuelas.

En fin... lo interesante está en profundizar en la relación entre Grindewald y Dumbledore, quiénes en su juventud compartieron ideales y romance (sí, Dumbledore es gay; si alguien no lo sabía, supérelo, aunque en algunos países esa parte se quitó... sin comentarios) y ahora no podrían ser más opuestos; un pacto de sangre evita que se enfrenten. La película tiene sus momentos, hay buenas escenas de acción y se conocen otros lugares como la cárcel alemana (con una divertida secuencia de rescate). Hay momentos emotivos como el que Credence (Ezra Miller) finalmente pueda reencontrarse con su padre, Aberforth (Richard Coyle), y, sobre todo, la posibilidad de que Jacob y Queenie (Alison Sudol) se reconcilien. Mads Mikkelsen es un buen relevo para Johnny Depp como Grindewald, le da una tristeza melancólica al personaje que le viene bastante bien.

Ahora, estas últimas entregas parecen más enfocadas en brindar elaboradas aventuras con giros de tuerca "sorprendentes" que en el camino muestren más y más del mundo mágico. Y esa es parte de la cuestión, el "más y más". Hay más escenas de acción y cada una pretende ser más espectacular o vistosa que la anterior. También hay nuevos y más personajes que distraen la atención o evitar darles un verdadero desarrollo a los centrales. En cada una de las entregas de Harry Potter, el niño que vivió crecía, aquí no se siente eso. ¿En algo cambió Newt? ¿Dumbledore?

"Los secretos de Dumbledore" no resultan tan interesante ni tan secretos. Son "una más" y ese es un problema para una serie cuyo principio principal es "la magia".

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EE. UU. 2022 - 2h 22m


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