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Amor imposible

“Cuando las cosas se ponen difíciles en mi vida… hablo con mis peces,” Dr. Alfred Jones.

¿“Amor imposible”? ¿En serio? ¿De dónde traducen ese título?



Basada en la novela homónima de Paul Torday, “Amor imposible” es el nombre que recibe un filme cuyo denominativo original es justamente causar como respuesta ese adjetivo al referirse a la anécdota que detona la trama: Pesca de salmón en el Yemen.


La idea es fruto del gusto del millonario Sheik Muhammed (Amr Waked) y la consultora Harriet Chetwode-Talbot (Emily Blunt), quienes desean satisfacer la visión del primero, fanático de la pesca, amén de interesado en apoyar la economía. Para lograrlo piden ayuda del gobierno, donde la iniciativa es vista como una historia de “buena voluntad” que, además, ayudará a distraer de las noticias sobre Afganistán. Entonces, la secretaria de prensa, Patricia Maxwell (Kristin Scott Thomas), se encarga de que el experto en el tema, Alfred “Fred” Jones (Edward McGregor) tome, a pesar de su inicial rechazo, cartas en el asunto y lo haga funcionar. Desde luego, la iniciativa no es vista con buenos ojos por todos, en especial, por quienes no ven en el proyecto una solución a las necesidades de la región y sí un acto excéntrico. Mientras tanto Fred y Harriet inevitablemente comienzan a sentir afecto por el otro, sólo que ella está comprometida con un soldado y él, casado. Al tiempo que intentan mantenerse distantes dialogan sobre la fe y la posibilidad de hacer posible lo imposible. Ése es justo el tema de este filme que podría ser una gran comedia, se presume como una de romance y se asienta en los terrenos de lo filosófico e idílico, muy en la línea de los mejores trabajos de su realizador (“Las reglas de la vida”, 1999, y “Chocolate”, 2000).


Lasse Hallström es un director con un sello distintivo, amén de bastante prolífico. Sin embargo, en los últimos años parece incapaz de redondear sus filmes. En “Amor imposible” los ingredientes están puestos: una historia interesante, un elenco capaz y una buena producción. Pero la falta de identidad termina afectando el resultado final. El primer acto es un tanto flojo y los tonos no parecen unificados (mientras Scott Thomas hace gala de una vis que poco se le ha visto para la comedia, McGregor y Blunt sacan a juego sus mejores recursos dramáticos). Aun así una vez que se sobrepasa ese punto es inevitable querer descubrir si el experimento funcionará y qué pasará con los protagonistas… máxime cuando aún hay una sorpresa que rehúye a la predictibilidad.


Entonces, porqué “Amor imposible”… La descripción responde al deseo de atraer a quienes gustan de las comedias románticas utilizando la anécdota de la relación entre los protagonistas, que desde luego no es tan imposible como pareciera. No obstante, el denominativo funciona mejor si se piensa en él como una referencia al deseo de hacer funcionar aquello que desde un principio parece destinado al fracaso. Y si bien quizá la película no consigue hacer eso para sí misma, más destinada a ocupar un lugar en las tiendas de video y un pie de página en la filmografía de sus realizadores, al menos sí logra dejar un ánimo de esperanza.


Salmon Fishing in the Yemen

Inglaterra 2012


Director: Lasse Hallström.

Reparto: Ewan McGregor, Emily Blunt, Kristin Scott Thomas, Amr Waked.

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