“You know everyone thinks we got this broken down horse and fixed him. But we didn’t. He fixed us. Every one of us. And I guess in a way, we fixed each other, too.” Red Pollard
En la década de 1930, EE.UU. enfrentaba uno de sus peores momentos: la gran depresión. Antes del Nuevo Acuerdo de Roosevelt, Seabiscuit le dio esperanza a toda una nación.
Basada en el best-seller de Laura Hillenbrand, “Seabiscuit” cuenta la historia real de tres hombres y un caballo que lograron lo imposible: Charles Howard (Jeff Bridges), el dueño que se hizo de fortuna a base de esfuerzo y que luego de una tragedia cambia de dirección en su vida; Tom Smith (Chris Cooper), el entrenador de caballos tildado de loco por confiar en equinos que otros hubieran sacrificado; Red Pollard (Tobey Maguire), el jinete que vio sus inicios como caballerango, y Seabiscuit, un caballo pequeño, no muy activo y algo rebelde en quien nadie parece encontrar nada especial.
Como Seabiscuit, el filme empieza despacio. Introduce el contexto y a los tres hombres antes de que el caballo haga su aparición. Pero una vez que lo hace el ritmo comienza a tomar buen trote y pronto los entretelones de las carreras de caballos empiezan a surgir, con una curiosa omisión de las apuestas. Aún así, la pasión, intensidad y emoción que se viven fuera y dentro de la pista atrapan al espectador. Al igual que entonces, lo que Seabicuit logra es tan excitante como esperanzador. En ese sentido, Gary Ross aprieta la marcha para hacer que las actuaciones, los movimientos de cámara que parecen tenerlo a uno justo en la acción, y la adecuada dirección de arte, refuercen el efecto.
Jeff Bridges y Tobey Maguire tienen un buen desempeño. Maguire como el jockey que se compromete en alma y espíritu; Bridges como el hombre que crece, madura y mejora con los años. Pero es Chris Cooper quien de nuevo demuestra que es un actor nato. En esta ocasión parece viejo, pálido y algo acabado, un fuerte contraste con su labor en “El ladrón de orquídeas” (2002), hace solo un año. Aunque la Academia no considero a ninguno dentro de sus ternas, sí nominó a la cinta en siete categorías incluyendo Mejor Película, Mejor Guion Adaptado y Mejor Dirección de Arte. A diferencia de su fuente de inspiración no se llevó ningún pero sí resultó un éxito en taquilla, se ubicó como el mejor DVD dramático (5.5 millones de copias) hasta 2009, consiguió el Premio Hochi de Japón a la Mejor Película Extranjera y el Premio USC al Mejor Guion, amén de otras 32 nominaciones en distintas entregas.
El éxito de Seabiscuit reside en la fe y confianza que refleja, en la entrega sin tregua que da, en el corazón que pone para conseguir lo imposible... en pocas palabras, en el atinado, aunque quizá un poco cursi para algunos, título que la nombra en español: en su alma de héroe que no deja duda de que un uno por ciento es un resquicio suficientemente grande para alcanzar la meta.
Seabiscuit
EE.UU. 2003
Director: Gary Ross.
Reparto: Tobey Maguire, Jeff Bridhes, Chris Cooper, Elizabeth Banks, William H. Macy.
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