“Conquista tus miedos, y te lo prometo, conquistarás a la muerte,” Alejandro Magno.
Alejandro Magno es uno de los grandes personajes de la historia, controvertido y difícil de comprender en sus múltiples facetas: gobernador, conquistador, hombre, hijo, estadista.
Cuando Oliver Stone, quien tiene ya en su haber la realización de varias y acertadas cintas biográficas sobre Jim Morrison, Richard Nixon y John F. Kennedy, anunció la realización de un filme sobre Alejandro Magno las expectativas no fueron pocas. Inmediatamente se comenzó a especular sobre el resultado y no fueron pocos los que comenzaron a hablar sobre las posibilidades de aspirar al premio de la Academia; incluso su estreno fue movido pues el estudio consideró que ello la pondría en una mejor condición en a la competencia. Pero cuanto más alto se vuela más dura es la caída, y desafortunadamente, la de “Alejandro Magno” es similar a la del tamaño de personaje que intenta representar.
La cinta es la producción más cara de Oliver Stone y se basa en la biografía realizada por Robin Lane Fox, profesor de Oxford. Visualmente está bien cuidada. La dirección de arte es atinada y la fotografía, muy posiblemente lo más rescatable, le dio al mexicano Rodrigo Prieto la Rana de Plata en la Camerimage. El otro aspecto que se salva es la realización de las escenas de guerra, en especial la que se desarrolla en India. El resto es un desastre.
Oliver Stone intenta entregar un filme que refleje la grandeza del personaje al tiempo que muestra sus imperfecciones. Los aspectos en los cuales se enfoca son su cualidad de gobernante-estadista y su sexualidad. Pero el guión no tiene claro el eje conductor de la historia que abarca gran parte de la vida del mandatario (desde su adolescencia hasta su muerte). Tampoco deja claros algunos asuntos primordiales para entender el contexto político. Mucho menos es capaz de articular a todos los personajes. Abarca mucho y aprieta poco.
Colin Farrell es un buen actor. Ha dado muestras de su talento en personajes complejos y variados géneros. Como Alexander parece no tener claro lo que debe hacer. En lugar de encarnar a un ser extraordinario parece interpretar a un hombre común y corriente. El tinte rubio tampoco le ayuda. La culpa es en parte suya, en parte de la dirección, pero más seguramente un error de casting. El rol inicialmente sería para Tom Cruise, después tanto Heath Ledger como Russel Crowe lo rechazaron. Angelina Jolie se ve hermosa en pantalla pero resulta poco creíble el que una mujer tan sexual y enigmática sea madre de Colin Farell. Val Kilmer está acartonado y tanto Rosario Dawson como Jared Leto, desperdiciados. Este último interpreta, en la mejor usanza de la tradición griega, al amante de Alejandro, pero la película no termina por atreverse a explorar ese aspecto.
“Alejandro Magno” aspiraba a mucho. En lugar de nominaciones al Oscar las obtuvo a la Frambuesa de Oro. Fueron seis: Peor Película, Peor Director, Peor Guion, Peor Actor, Peor Actriz (Jolie) y Peor Actor de Reparto para Kilmer. No tuvo el honor de ‘ganar’ ninguna. “Alejandro Magno” es fastuosa, pero así como está lejos de ser grande como la figura que retrata tampoco consigue erigirse como un gran desastre. Es tibia y nada es menos magno que el punto intermedio, ni se arriesga, ni se compromete, ni entretiene, ni propone. Es todo lo que no fue Alejandro Magno.
Alexander
EE.UU./Alemania/Francia/Inglaterra 2004
Director: Oliver Stone.
Reparto: Colin Farrell, Angelina Jolie, Val Kilmer, Rosario Dawson, Jared Leto, Christopher Plummer.
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