Nadie esperaría una profunda disertación sobre los orígenes de la humanidad en “10,000 A. C.”. Su director, Roland Emmerich es identificado por grandes superproducciones (“Independence Day”, 1996 y “El día después de mañana”, 2004) que brindan entretenimiento y emoción a través de espectaculares efectos especiales, excitantes escenas de acción y un par de momentos cómicos, si acaso alguno dramático. Esa es la expectativa y la promesa detrás de “10,000 A. C.”. Pero cuando una película no es mostrada antes de su estreno a la crítica, el primer síntoma de que algo no anda bien se ha manifestado; de “10,000 A. C.” apenas y se dejaron ver 20 minutos.
La era de hielo está llegando a su final. La tribu de los Yagal lucha por sobrevivir cuando una joven de penetrantes ojos azules, Evolet (Camille Belle) es encontrada. La bruja de la tribu se da cuenta de que el arribo llevará al cumplimiento de una profecía. D’Leh (Steven Strait) le declara su amor y la proclama como propia, pero tan pronto como la pareja está junta, Evolet es secuestrada por misteriosos hombres que se han llevado también a otros miembros del clan. D’Leh deberá recorrer diferentes tierras y enfrentar extrañas figuras para rescatar a su amor.
Desde el inicio “10,000 A. C.” presagia el caos. El narrador relata justo lo que el espectador está viendo o verá en unos instantes. El recurso se mantiene, incomprensiblemente, a lo largo de toda la película. La trama no presenta ninguna novedad y es predecible, pero eso es de esperarse. La cuestión está en que a pesar de lo poco que cabe esperarse de una cinta de este tipo, “10,000 A. C.” no consigue si quiera cumplir con el estándar. Los personajes son poco interesantes, las actuaciones regulares, el ritmo inconstante y los momentos cómicos forzados; ni si quiera hay química entre la pareja protagónica. Lo único destacable son los efectos especiales y la fotografía, aunque son insuficientes para generar un poco de empatía o interés por aquello que ocurre en pantalla, ni se diga de los temas (la redención, el inicio de una nueva era, la importancia de la lealtad, el descubrimiento de otra cultura) que se esbozan como si se tratara de hacer un listado con el cual cumplir aunque sea con la mera mención.
Emmerich ha entregado buenos espectáculos visuales, “10,000 A. C.” no es uno de ellos, parece más bien una obra articulada en los albores de la civilización. Si los cavernícolas hubieran tenido una cámara de cine, “10,000 A. C.” sería el resultado.
10,000 B. C.
EE.UU. 2008
Director: Roland Emmerich.
Reparto: Camilla Belle, Mona Hammond, Steven Strait, Cliff Curtis.
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