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"Mickey 17" de Bong Joon Ho

Foto del escritor: Carlos Andrés MendiolaCarlos Andrés Mendiola

Algo sobra...

Bong Joon Ho regresa a la pantalla grande luego del éxito de crítica y taquilla de "Parásitos", la única película en haber ganado el Oscar a Mejor Película sin ser en inglés y también la única en haber ganado a la par Mejor Película Internacional. Joon Ho lo hace con una adaptación de la novela de ciencia ficción de Edward Ashton. Es la historia de Mickey, Mickey 17. Mickey es un "prescindible", un empleado que ha firmado para realizar los trabajos de mayor riesgo y que será "impreso" de nuevo cada que muera. Cada versión nueva sumará un número a su nombre, tendrá la misma apariencia de cuando se hizo la copia y las memorias más recientes acorde con su última grabación. Mickey 17 es parte de una expedición que tiene por misión colonizar el helado planeta Niflheim. Luego de una misión en la que lo dan por muerto, Mickey regresa y se encuentra con Mickey 18. Ahora son "múltiples" y tendrán que resolver quién debe dejar de existir o cómo permanecer ambos con vida. Los "múltiples" están prohibidos y su existencia se resuelve con la muerte.

El regreso de Joon Ho viene con sus elementos distintivos y recuerda, por ejemplo, los escenarios crudos y postapocalípticos de "Snow Piercer", amén de su crítica social, tan presente en "Parásitos". Está también su sentido del humor, muy muy negro y ácido y un tanto de acción inesperada.

"Mickey 17" inicia muy bien. La premisa es llamativa, distinta y el planteamiento sugiere temas como la clonación, el colonialismo, las diferencias entre clases sociales, la explotación laboral y lo existencial. Como sucede en la novela, el inicio va narrando en paralelo, luego de que Mickey 17 cae a un profundo hoyo que parece el paraje de su fin, cómo es que llegó a ese su lugar y todo el contexto a su alrededor. La llegada al 17, hiperbolizado de la novela donde apenas es el séptimo, viene acompañado de una muerte tras otra, rayando en lo hilarante y lo absurdo. La muerte y lo desechable nunca fueron tan divertidos. El primer acto funciona muy bien, pero ya en el segundo "Mickey 17" pierde el camino.

La película pierde cuando entrelaza la subtrama de los "trepadores", las creaturas que habitan el planeta y que tienen forma de gusanos con una piel como de armadillo. El conflicto entonces deja de ser del todo el de Mickey 17 para volverse más una cuestión entre los nativos y los "conquistadores". El villano corre a cargo de Mark Ruffalo, quién hace a Kenneth Marshal, el político a cargo de la misión. Habiendo visto a Tilda Swinton en "Snow Piercer", aquel personaje era delicioso, rayando en la caricatura, pero apuntando a un sistema. Éste no logra hacer ese traspase y se vuelve ridículo. Le acompaña Toni Collete, quién hace a su esposa. El elenco, por cierto, es bueno. Están también Naomi Ackie, Asha, el interés romántico de Mickey y Steven Yeun es Timo, un piloto y amigo de Mickey 17.

De "Mickey 17" surgieron dudas desde que se anunció su fecha de estreno para marzo de 2024. ¿Por qué estrenar la nueva película de un director del Oscar tan temprano en el año? ¿En un periodo destinado a producciones con pocas expectativas? Luego las dudas aumentaron cuando cambió en varias ocasiones de fecha, moviéndose de 2024 a 2025 y entre enero y abril. Los pretextos estaban en la huelga del Sindicato de Actores, o en cuestiones post producción. Tanta indecisión parecía más un reflejo de las dudas alrededor del propio filme. La esperanza volvió con una buena campaña de promoción que incluye varios posters y un estreno un par de semanas antes que permite reseñas y comentarios, justo lo opuesto a lo que pasa con películas de las que se prefiere no se hable, porque no hay mucho bueno que decir, evitando reseñas que puedan perjudicar el primer fin de semana. Al momento el consenso en el meta sitio Rotten Tomatoes es un 88% que destaca la crítica social y a Robert Pattison, su protagonista.

Pattison, sin duda, ha construido una carrera interesante. "Crepúsculo" lo hizo una estrella y le dio una fama que no espera y de la cual trató de escapar en algún momento. También le rehuyó a las súper producciones y tomó un camino de cine independiente que le permitió ir contra tipo y probarse como un actor versátil y comprometido, trabajando en filmes como "Cosmópolis", "Good Time: Viviendo al límite" y luego regresando a proyectos de alto perfil como "Tenet" y "The Batman". Pattison tiene en su haber el haber trabajado con los hermanos Safdie, Matt Reeves, Christopher Nolan y David Cronenberg. En "Mickey 17" causa contraste con "The Batman", aquí es desesperanzado, un tanto patético, pero cuestionante. Se le ve, literalmente, como nunca antes y eso incluye situaciones, vestuarios y demás. Pattison se entrega por completo, sin importarle las situaciones de vulnerabilidad a las que Mickey se ve expuesto. Por ejemplo, Mickey es sujeto de prueba para desarrollar una vacuna que permita los tripulantes vayan sin cascos en el nuevo planeta, así que se le ve sufrir y padecer una y otra vez hasta que se consiga, en una suerte de incubadora. También es expuesto a los rayos del salón, aunque eso implique que su mano salga desprendida en una suerte de adiós que se siente nostálgico, trágico e hilarante. El vestuario también lo lleva a portar en más de una ocasión una suerte de casco que a veces parece tener una crin de caballo y sí, también tiene un semidesnudo, pero no hay nada de sexy en ello. Mickey 17 es un ser a la deriva.

Bong Joon Ho ha demostrado con creces que puede hacer risible lo exagerado, que puede manejar lo desbordado, pero con "Mickey 17" parece ha encontrado su límite. La película se va a la deriva cuando se establece la confrontación entre especies. Por un lado, distrae del dilema existencial de Mickey 17 para darle prioridad a otro tema, cambiando el enfoque de la película y yendo cada vez por más y por más. En algún momento los "trepadores" están en "todas partes". El filme construye empatía por ellos, pero no es suficiente y, más aún, justo no es el tema. Mark Ruffalo es un gran actor, pero aquí no cumple o no lo hace de una manera que contribuya a un filme redondo o que deje con un buen sabor. Y no es que "Mickey 17" deba ser complaciente, pero sí debiera dejar con un sentido de sorpresa, de revelación, de algo más. Tiene más de un falso final y lo que viene después de cada uno sólo se siente como un alargamiento innecesario. Es la vuelta de la vuelta, el retruécano del retruécano que termina por cansar, con un desenlace un tanto decepcionante para una premisa con tanto potencial.

Los posters prometen una crítica al capitalismo y al sistema laboral con ecos que bien podrían conectarla con "Tiempos modernos" de Chaplin y es que dicen que el trabajo "aísla, duele, muerde, es una agonía, asqueroso, venenoso, sofocante, apestoso y tóxico". ¿Algo más? Y es que quizás lo es o puede serlo. El de "Mickey 17" lo es, pero el consintió. Su contrato le permitía ser "inmortal", otro tema desaprovecha. Y no es que "Mickey 17" deba hablar de todo, sino que al final realmente habla de poco y con poca profundidad. Para Bong Joon Ho eso parecía imposible.

"Mickey 17" se queda en un experimento, una anécdota o pie de página para un gran director, quizás un filme de transición para otra obra maestra. Es una curiosidad para ver, para ver una vez, a la que le sobran intenciones y minutos, como "sobra" un Mickey; una curiosidad a la que le falta enfoque y que irónicamente no tendrá como el propio Mickey más de una vida.

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Corea del Sur / EE. UU. 2025 - 2h 17m


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ACERCA DE

Storyteller por convicción, Carlos utiliza sus herramientas para generar un impacto positivo en ámbitos que van de la educación al liderazgo, pasando por el marketing, la creación de marcas, la escritura de guiones y el análisis cinematográfico.

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