Detrás de la puerta... lo ve todo.
"La empleada" es un thriller en la vena actual que explora el abuso a mujeres. Lo hace con más tino en algunas partes que otras. La protagonista es Millie, una joven en libertad condicional que evitando volver a prisión acepta trabajo como trabajadora doméstica en casa de los Winchester. La casa está inmaculada en su frialdad al igual que Nina, la señora de la casa. Pronto Millie se da cuenta de que todo debe mantenerse así aún y cuando Nina tenga un carácter un tanto disparejo. Millie ha evitado una forma de volver a la cárcel, pero quizás se ha hecho de otro encierro.
Lo que Freida McFaden hace en "La empleada" se ha visto antes en otras novelas que en su momento tenían más novedad y que también lo hicieron con más cuidado como "Gone Girl". Aquí, el primer acto lo narra Millie, luego el segundo corre a cargo de Nina, mostrando el otro lado de la historia y el tercero alterna entre ellas. La novela está más centrada en su forma y en mantener y dosificar el suspenso que en realidad establecer una postura del todo clara o contundente alrededor los abusos que las mujeres han vivido de manera histórica y a través de un sistema que premia la perfección y castiga el error, controlado, desde luego, por hombres. La oportunidad para "La empleada" está ahí y se queda en la superficie, en lo entretenido.
Millie es una protagonista interesante. El inicio, como es de esperarse, oculta los motivos que la llevaron a prisión. Luego, cuando los revela y agrega acciones alrededor de ello expone un patrón de conducta simple, Millie no tolera esos pequeños gestos que están en una mano en un hombro que luego puede bajar por la espalda y de ahí llegar a algo más, van poco a poco hasta que aquello se normaliza. El no concederlo la ha puesto en un lugar vulnerable y ha hecho que sea castigada. Es un instinto y algo que el propio personaje no entiende y que la propia novela tampoco del todo. Si lo hiciera sería más poderosa, podría agregar de manera más sólida a través de Nina e incluso de Evelyn, su suegra.
Nina juega el primer acto como la antagonista y Andy, su esposo, como el interés romántico. El primer acto, de hecho, juega con un triángulo amoroso que combina elementos que van de "La Cenicienta" a "La malvada". La pluma de Freida McFaden es fácil y ágil. Los capítulos se van rápido y concluyen siempre en un cliffhanger, haciendo que se quiera más y más y que aún y cuando mucho, la mayoría, sea predecible siempre está la promesa de la sorpresa y sí hay algunas. Entre sus virtudes está el que sabe usar los pocos personajes que tiene y a quiénes, además de los tres principales, se suman Cecilia, la hija de Nina, y Enzo, el jadinero italinano rudo y sexy. Sí, "La empleada" juega con los estereotipos y, desde luego, nadie es quién parece.
A su manera y aunque sea poco, "La empleada" suma a los productos que ponen sobre la mesa el sistema del patriarcado y también la sororidad. Suma en realidad al entretenimiento y es de esas lecturas ideales para unas vacaciones donde se quiere una novela ligera, fácil y rápida, pero con la suficiente dosis de intriga. Se le agradece que si bien inlcuye romance no cae en lo gratuito y no se convierte en un cuento. Entiende que aunque no es del todo compleja en su examen de la naturaleza humana y del propio sistema patriarcal, la vida es menos romántica de lo que se ha contado.
"La empleada" promete que "detrás de la puerta, ella lo ve todo" y quizás sea cierto en algún sentido. McFadden ve, comparte y entretiene con ello. Lo que no comprende está en que "verlo todo" no siginifica entenderlo. Así que sus revelaciones se queda en eso y no está mal. Es la diferencia entre un bestseller, que lo es, y un clásico o un ganador del Pullitzer. Así que a ver "detrás de la portada", pasar un buen rato, quedarse con algunas ideas y poco más. La llave volverá a entrar a la cerradura y la puerta será cerrada de nuevo.
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"The Housemaid"
Inglaterra 2022 - 343 páginas
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