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Foto del escritorCarlos Andrés Mendiola

"La ballena" de Darren Aronofsky

El dolor vuelto poema...

Con "La ballena" regresa Darren Aronofsky luego de la conceptual "¡Madre!" hace cinco años. Es también el regreso de Brendan Fraser, quién no es que propiamente se hubiera retirado, pero sí se había alejado de proyectos de alto perfil; los más "recientes" fueron en 2008 ("La momia: La tumba del dragón emperador", "Viaje al centro de la Tierra" e "Inkheart". Los reúne la adaptación de la obra de teatro de Samuel D. Hunter de corte semi biográfico.

Charlie (Fraser), un profesor de clases de inglés en línea es el protagonista. Charlie vive solo, tiene obesidad mórbida y está en sus últimos días; su cuerpo ya no aguanta tanto peso, apenas y se puede mover. Lo único que lo mantiene con vida es la intención de reconectar, redimirse y darle dirección a Ellie (Sadie Sink), la hija adolescente a la que "abandonó" ocho años atrás para vivir con el hombre, un alumno, del que se había enamorado.

"La ballena" es un filme de gran sensibilidad que navega por las aguas del dolor, la esperanza, el cariño, la empatía y la compasión. Es quizás el filme más intimista de Darren Aronofksy, quién aprovecha muy bien el departamento de Charlie, dónde sucede poco y desde dónde apenas y se ve en algunos momentos la calle. Salvo por algunos recuerdo todo pasa ahí y debe de ser así. Es una metáfora del propio Charlie, de la bastedad contenida.

Brendan Fraser es sin duda el alma de "La ballena". Más allá de los kilos que subió, de los prostéticos y su corporalidad, llena a Charlie con una calidez que es conmovedora. Charlie está atrapado en un cuerpo que ahora es una prisión en la cual él se metió y cuya llave perdió hace tiempo; ya no tiene salida, pero el hermoso ser que es, está ahí. El rostro de Fraser nunca fue más expresivo con tan poco. Ver a Charlie de cuerpo entero es imponente, incluso aterrador, mórbido para algunos; ver su rostro, escuchar su voz, conmovedor. Charlie quiere lo mejor para los demás, en especial para sus alumnos y, desde luego, su hija.

El corazón de "La ballena" está en Hong Chao, quién hace a la enfermera de Charlie, ligada a él por Alan, la pareja que Charlie perdiera y su hermano. Chao tiene en sus manos desde momentos graciosos hasta otros de gran dramatismo y empatía. Nadie lo cuida y protege como ella, nadie lo regaño así tampoco. Ambos están nominados al Oscar, Fraser como Actor y Chao como Actriz de Reparto. El cuadro lo completa una Sadie Sink quién tiene en el rol de la rebelde Ellie una oportunidad para dar muestra de que sus habilidades tiene mucho más potencial que el que se le vio en "Stranger Things". Ty Simpkings hace a Thomas , un joven que lleva la palabra de Dios, aunque él mismo no se ha dado cuenta de que no la ha entendido y Samantha Morton es Mary, la madre de Ellie y expareja de Charlie. Son un engranaje que funciona a la perfección.

"Moby Dick" es el texto sobre el que los alumnos de Charlie deben escribir, sobre el que Ellie escribió también hace años. En "Moby Dick" es justo la ballena del título la que obsesiona al protagonista de la novela. Charlie no es la ballena, no en sentido literal. "La ballena" es el cúmulo de recuerdos, de acciones... Es un símbolo de lo contenido y de la fuerza de la naturaleza. La propia Ellie se está dejando sumergir por su ballena y Charlie lo ve y quiere impedirlo.

"La ballena" es dolorosamente hermosa de ver en su sensibilidad y liberadoramente poética en su desenlace. "La ballena" es un filme para sumergirse y resurgir.

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EE. UU. 2022 - 1h 57m


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