Imagínense tener un apellido como Truelove (verdadero amor), estar marcado, más que por otros, por la propia expectativa de estar a la altura de tal herencia.
Alex Truelove es un apasionado de la biología y aunque descifra muy bien con qué animales se asemejan las conductas de sus compañeros, la propia no le es del todo clara. Está en la prepa, es presidente de su clase, tiene novia y sus planes universitarios son prometedores. La vida de Alex ha ido palomeando, una a una, las casillas de la vida... la siguiente es perder su virginidad, sólo que en el camino aparece Elliot, un chico que pondrá de cabeza su mundo.
A primera vista, "Alex Strangelove" podría parecer una película más sobre un chico descubriendo su sexualidad, "otra historia gay más". En su lugar, es una comedia romántica que se las ingenia para darle frescura a uno de los géneros más populares, al tiempo en que se centra en lo confuso, complejo y simple que es el amor; sí, así, con todas esas contradicciones. Es así como, sin evitar los lugares usuales de los filmes adolescentes, "Alex strangelove" se mantiene auténtica, dialoga sobre lo heteronormado, la sexualidad, las expectativas y, desde luego, sobre el amor. Así que bueno, qué más le queda a Alex que vivir ese absurdo, loco y "extraño" sentimiento que es el amor.
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