La sexta entrega de la franquicia sigue tan fresca y más sofisticada que la primera. En esta ocasión, la misión que Ethan Hunt decide aceptar lo lleva a arreglar errores del pasado que no dejan de perseguirlo. Es ágil, divertida y eleva, aunque parecería imposible, el nivel de secuencias de acción, demostrando por qué 22 años después de la primera entrega sigue vigente en todos los sentidos (temática, lenguaje audiovisual, efectos) y por qué Tom Cruise es una de las pocas estrellas de Hollywood a prueba del tiempo.
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