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"La hija del relojero" de Kate Morton

Esa hipnotizante danza entre tiempo y espacio.

Kate Morton es una de las escritoras australianas de mayor éxito. Su obra se caracteriza por contar en paralelo historias que convergen, uniendo pasado con presente. "La hija del relojero" es su trabajo más reciente, no el más logrado.

En "La hija del relojero", Elodie Winslow, una archivista de Londres, descubre en un portafolio olvidado una fotografía en sepia de una hermosa mujer y el cuaderno de bocetos de Edward Radcliffe, un exitoso pintor de mediados de los 1800's que tuvo un trágico final. En especial, entre los bocetos, llama su atención el dibujo de una casa al lado de un río, haciendo que su investigación por descubrir cuál es la conexión entre los objetos y sus propios recuerdos, donde hay un cuento que parece suceder en ese mismo escenario, cobren un interés personal.

La pluma de Morton tiene la cualidad de rápidamente empatizar a sus personajes con el lector y luego de entretejer el relato en dos tiempos en aras de desentrañar un misterio. "La hija del relojero" no es la excepción. Elodie es por mérito propio interesante, al igual que lo es Edward Radcliffe, cuya visita a Birchwood Manor con un grupo de artistas termina en tragedia (eso se dice en el prólogo). La cuestión está en el camino que decide tomar y en que quizás, buscando agregarle niveles y dar más puntos de vistas, el relato termina siendo más complejo, extenso y enredado de lo necesario.

"La hija del relojero" está guiada por varios MacGuffins u objetos cuyo propósito son impulsar que la historia siga adelante. En principio están los que descubre Elodie, pero luego están la casa, Birchwood Manor, y una joya, el Azul de Radcliffe. El principal es la casa, a la que le pertenece la historia tanto como a la propia hija del relojero; es otro personaje. Y es que ahí está la cuestión, además, de los dos relatos que se describen arriba y que son los que se revelan en la contraportada, "La hija del relojero" también se ocupa de presentar a quién le da título, desde su infancia y hasta su misteriosa desaparición, a Lucy Radfliffe, hermana de Edward y quién hereda la casa; a Ada, una niña que vive en la casa cuando es escuela; a Julieta, una madre que va durante la guerra a resguardarse con miras de darles una mejor vida a sus hijos; a Leonard, un veterano que la estudia y espero no estar olvidando alguna otra, pero es probable. Esos relatos van y vienen, como piezas de rompecabezas y no es que un rompecabezas sea una mala estrategia, pero aquí desconectan pues cuando ya se está enganchado con uno, llega otro sin que haya concluido el anterior. El narrador también varía y una de ellos es un fantasma con información clave. En ciertos sentidos y dada la importancia de la casa, recuerda, por momentos, a "La casa de los espíritus".

La estructura propia de "La hija del relojero" le juega, a veces, en contra y haciéndola más larga de lo necesario. Ahora, lo cierto es que de manera independiente los relatos funcionan y uno quiere saber más, pero quizás hubieran funcionado mejor bajo otra estructura o bien centrándose sólo en aquellos que verdaderamente aportan para descubrir quién fue "La hija del relojero", quién es la misteriosa mujer de la foto. Edición es lo que falta.

Por otra parte, en "La hija del relojero" sí están presentes las características que distinguen a Morton y que son tan palpables como en sus obras más exitosas como "El jardín olvidado". Cuando uno la lee no puede dejar de cuestionarse si más que ficción es un recuento de algo o alguien real. Esa verdad pocas veces se consigue y en esa verdad, Morton transporta a otros tiempos, sumerge en vidas muy lejanas y habla del arte, la memoria, las esperanzas (con menciones al clásico en cuestión de Charles Dickens), el duelo, la familia, lo caprichoso de las conexiones y en cómo pasado y presente están conectados de maneras que desconocemos.

En "La hija del jardinero" se dice que, "por supuesto, una historia no es sola una idea; son miles de ellas que funcionan en armonía". Eso sucede, la máquina del reloj es armoniosa, pero, a veces tropieza.

📖📖📖

"The Clockmaker's Daughter" - 640 páginas -

2018 - Suma de Letras


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