Carlos Andrés Mendiola

1 de ene de 20172 min.

Déjame vivir

“Mi madre fue la mujer más hermosa que vi. También era la más peligrosa.” Astrid

Adelfa blanca sería la traducción literal del título original de esta película. “Déjame vivir” es una simplificación melodramática. La adelfa es una planta de hermosas flores de varios colores, pero equiparable a su belleza es su poder mortífero. La adelfa es venenosa. Es con una que Ingrid (Michelle Pfeiffer) le pone fin a la vida de su más reciente pareja. Con ella ha plantado su destino y el de su hija Astrid (Alison Lohman), quien deberá brincar de un hogar a adoptivo a otro mientras su padre pugna su condena.

Basada en el exitoso bestseller de Mary Agnes Donahue, “Déjame vivir” es un filme que se beneficia del talento de las actrices que interpretan los complejos y conflictuados personajes, y que hacen meritorio un guión poco afortunado e incongruente. La historia se centra en la relación entre Astrid y su madre, a quien visita en el reclusorio, y el crecimiento de la adolescente, quien lucha por encontrar su identidad en medio de los celos y la influencia negativa de su madre y los distintos estilos de sus madres adoptivas. Las mujeres no parecen precisamente candidatas idóneas para tener la custodia de un niño o adolescente.

Supuestamente los requisitos son difíciles de cumplir y se cuida hasta la exageración que la influencia que ejercerán sobre quienes estén a su cargo sea positiva. Una de ellas, Starr (Robin Wright Penn), es una exbailarina exótica y alcohólica redimida por la palabra de Jesús, pero renuente a dejar sus reveladores atuendos. Otra es una depresiva actriz de terror, Claire (Renée Zellweger).

La Sociedad de Críticos de Phoenix nominó a Lohman como Mejor Actriz Debutante. Lohman es sin duda una fuerza a observar en el futuro. El peso de la historia recae sobre ella y Lohman lo saca adelante con aplomo y soltura. Evita los lugares comunes y construye un personaje complejo, lleno de capas, contradicciones y ambigüedades. Gracia a ella el filme resulta en gran medida poderoso, aunque un poco manipular, esto última atribuible al director y el guion. Michelle Pfeiffer muestra de nuevo que es una actriz capaz. Es una madre que ama a su hija pero se resiste a dejarla ir, egoísta y recelosa de la influencia que otros pueden tener en quien debiera ‘perternecerle’ únicamente a ella. El Círculo de Críticos de Kansas y la Sociedad de Críticos de San Diego la cosideraron la Mejor Actriz de Reparto. Por su parte, Renée Zellwegger se entrega a su personaje, construyendo con honestidad la gran necesidad de Claire de recibir afecto.

Lo que Astrid le pide a su madre es que la deje vivir, que no la condene también. Y es que el amor de una madre puede ser tanto beneficioso como venenoso. Ingrid es como una adelfa y quiere que su hija se convierta en una. Pero Astrid ha decidido ser una adelfa blanca, que no esparza su veneno, pero que tampoco sea vulnerable.

White Oleander

EE.UU./Alemania 2002

Director: Peter Kosminsky.

Reparto: Alison Lohman, Renée Zellwegger, Michelle Pfeiffer, Robin Wright Penn.

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