Carlos Andrés Mendiola

1 de ene de 20173 min.

Coco antes de Chanel

El siglo XX tiene en Coco Chanel una de sus principales influencias. Educada siete años en un orfanato donde aprendió a coser, Gabrielle Bonheure Chanel cambió la imagen de la mujer para siempre. Introdujo un estilo sencillo, clásico, que contrastaba con el barroquismo de la época, privilegiando la comodidad, dejando atrás los corsés, y contrarrestando los modelos tradicionales de vestir. A ella se le deben el traje sastre, el little black dress, la incorporación de jerseys, algodones y otras telas para la confección de prensas femeninas, y hasta la moda del labial y el esmalte rojo intenso. Coco también fue de las primeras mujeres en portar un cabello más corto (arriba de los hombros) e impulsar el estilo flapper (mujeres liberales de los años 20 que trabajaban fuera del hogar, fumaban, tomaban y tenían citas libremente).

“Coco antes de Chanel” intenta ilustrar el trayecto que Coco recorrió para convertirse en diseñadora. El filme inicia con Gabrielle y su hermana Adrienne (Marie Gillain) llegando al hospicio donde la primera esperaba cada año el regreso de su padre. Años más tarde trabajan como cantantes en bares, pero cuando a Adrienne se retira para vivir con un barón Coco necesita encontrar otra forma de sustento. Termina por aceptar la ayuda de Etienne Balsan (Benoit Poelvoorde), un playboy maduro, que acaba convirtiéndola en su amante. Para entonces, Coco se rehusaba al vestido tradicional femenino y constantemente utilizaba sus conocimientos para hacerse de modelos más prácticos. Empieza a poner sus habilidades en el diseño de sombreros para actrices como Emilienne (Emmanuelle Devos), una amiga de Balsan con quien Coco llegó a tener algo más que amistad. Conoció a Boy Capel (Alessando Nivola), un inglés encantado por su estilo que se convertiría en su primer y trágico amor. Poco después de su muerte, Coco presentaría su primera colección.

Anne Fontaine no consigue atrapar la personalidad de Chanel. Su filme, bien actuado, ambientado y fotografiado, hace poco por interesar al espectador entorno a aquello que hizo de Coco una mujer distinta, provocativa, enigmática. Audrey Tatou es adecuada para el personaje. La actriz se desprende de sus recursos usuales para interpretar una Coco más obscura, un tanto resentida, pero igualmente enamorada y decidida; Chanel no era una mujer dulce ni simpática pero sí sumamente inteligente. En gran medida el problema está en un ritmo inconsistente y en un guión indeciso. La trama no se decide desde un inicio. Da visos sobre aquello que llevó a Coco a convertirse en diseñadora, pero se pierde en la historia de amor y cuando el desenlace ha llegado, con la primera colección, parece más un acto sacado de la manga que el resultado de un proceso.

A diferente de otros personajes, Chanel no se volvió diseñadora porque fuera su pasión o sintiera una necesidad exorbitante de expresarse o cambiar al mundo. Aprendió a coser por casualidad y lo utilizó más por una necesidad de liberarse a sí misma, de satisfacer su propia comodidad, que de conseguir sustento. Cuando hubo la necesidad de trabajar, Chanel vio en la costura y en la moda una forma, como cualquier otra, de mantenerse. El hecho fue circunstancial, una cuestión de pragmatismo, como su ropa. Ésa una historia diferente. Una que queda perdida en una película que hace poco por desentrañar un mito cuya influencia sigue vigente a años de su muerte y sobre el cual cada día se tejen más historias. Antes de Chanel, Coco sigue siendo un enigma.

Coco avant Chanel

Francia 2009

Director: Anne Fontaine.

Reparto: Audrey Tatou, Alessandro Nivola, Marie Gillain, Benoit Poelvoorde, Emmanuelle Devos.

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