Vaya manera de subirle el volumen y darle la vuelta, a pleno vuelo y sin bajar la velocidad, a una de las serie más revolucionarias y propositivas de los últimos años.
Mientras el mundo descubre que los súper poderes no son obra divina y la amenaza de los súper villanos comienza a sembrarse, "The Boys" se encuentran sin la guÃa de Butcher; Hughie y Star Light intentan asimilar sus sentimientos hacia el otro; Stormfront, una enigmática súper heroÃna se suma a Los Siete, y Homelander se enfrenta a la nueva administración de Vought... y a ser padre.
"The Boys" entiende cuál es su naturaleza. Aprovecha muy bien el escenario que le da la mezcla de "realidad" con fantasÃa para inyectarle las dosis adecuadas de humor, sátira, gore, crÃtica polÃtica y social. Con los personajes y el universo establecidos, la segunda temporada le permite desarrollar mucho más a sus personajes principales, brindando antecedentes y permitiendo conocerlos aún más. En esta ocasión Kimiko y Frenchie se ven beneficiados, Butcher un tanto más, pero, sobre todo, es Homelander, quién, por cierto, parece justo al lÃmite de cumplir aquella frase de "El caballero de la noche", "o mueres siendo un héroe o vives lo suficiente como para verte convertido en un villano" (y no es que él fuera un héroe intachable, asà que imagÃnense). Y lo más interesante está en que villano o no, no deja de ser un personaje trágico, con grandes necesidades y carencias.
Esta segunda temporada continúa con éxito lo que la primera establece y lo consigue sin sentirse una parada intermedia, dando muchos giros inesperados y planteando nuevas posibilidades para una tercera que seguramente estará llena de nuevas sorpresas. Estos niños siempre fueron bastante violentos, pero propositivos, asà que su madurez será explosiva.
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