“Rise, and rise again. Until lambs become lions,” Robin Longstride.
Russell Crowe y Ridley Scott se reúnen por quinta ocasión para repetir la fórmula que tanto éxito les diera con “Gladiador” y que el director no pudiera replicar con Orlando Bloom en la decepcionante “Cruzada” (2005). El pretexto: dar a la figura de Robin Hood un tratamiento más obscuro, en la línea que han seguido otros personajes como el rey Arturo, James Bond, Batman y. más recientemente, Sherlock Holmes.
“Robin Hood” podría considerarse como una precuela. La historia sitúa al personaje como un guerrillero que ha terminado de luchar en la Tercera Cruzada y que tras la muerte de Ricardo Corazón de León (Danny Huston) se queda sin trabajo. Entonces, Robin (Crowe) y un grupo de compañeros se encuentran con la muerte del séquito que debía entregar la corona y aprovechan la situación. Robin se hace pasar por el Caballero a cargo y cumpliendo una promesa al finado se dirige a Nottingham donde sorpresivamente es acogido por Sir Walter Loxley (Max von Sydow) como si en verdad fuera su hijo. Simultáneamente el país sufre el asenso al trono del príncipe Juan (Oscar Isaac) y con ello el inicio de una guerra civil que pone a Inglaterra en la antesala de la conquista de Francia. Robin deberá enfrentarse primero a sus compatriotas para defender la tierra que lo ha acogido y después a los extranjeros, iniciando con ello la leyenda que lo hiciera famoso como un fugitivo que roba para dar a los pobres.
En un principio el filme se denominaría “Nottingham” y tendría al Sheriff del condado como héroe y a Hood como el antagónico. El guion inicial de Ethan Reiff y Cyrus Boris fue pretendido por varios estudios (Dreamworks, Warner Bros. y Sony, por citar los más conocidos) antes de ser adquirido por Universal, donde en principio los interesados en dirigir eran Bryan Singer, Sam Raimi y Jon Turteltaub. Pero la historia cambió cuando el proyecto recayó en manos de Scott. El inglés pidió un giro en la trama basándose en los textos que apuntan a que Hood fue un personaje real, aunque hasta el momento no existen hechos que lo comprueben. Para la historia oficial Robin Hood es una leyenda. El cambio brinda un filme bien manufacturado y entretenido que, sin embargo, se antoja como una historia cuyo protagonista bien podría llamarse de otra forma. Ligarlo al héroe y relacionarlo con hechos históricos pretende legitimizarlo al tiempo que suena a pretexto para iniciar una nueva franquicia.
Crowe, en un papel para el que antes se consideró a Christian Bale, es con 45 años el actor más grande en interpretar al héroe. Su trabajo está a la altura y saca adelante tanto las escenas de carácter físico como aquellas que requieren profundidad interpretativa. Lo acompaña Cate Blanchet, quien ocupara el lugar que Siena Miller dejara a causa de los cambios en la fecha de filmación, como la precavida y aguerrida viuda (no doncella) Marion. Max von Sydow tiene algunos de los mejores momentos como su suegro, un hombre ciego que ha perdido a su único hijo y sobrelleva el paso de los años con dignidad y aplomo. El resto del elenco, al igual que el equipo técnico, manufactura un respetable espectáculo épico.
A pesar de no contar la historia conocida de Robin Hood, la película tiene suficientes méritos para erigirse como un documento que pretende explicar lo que hay detrás del mito al tiempo que explora las contradicciones del poder, la libertad, la riqueza y la pobreza. “Robin Hood” no está en ningún sentido a la altura de “Gladiador” pero sí supera a “Cruzada” y, aún mejor, deja al espectador con ganas de ver al héroe haciendo lo que lo convirtió en leyenda…aunque eso no sucedió.
EE.UU./Inglaterra 2010
Director: Ridley Scott.
Reparto: Russell Crowe, Cate Blanchet, Max von Sydow, William Hurt, Mak Strong, Oscar Isaac, Danny Huston.
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