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Foto del escritorCarlos Andrés Mendiola

Retrato de una obsesión

Soledad, inseguridad, añoranza e intromisión.

Seymour “Sy” Parris (Robin Williams) trabaja en el departamento de fotografía de una tienda de autoservicio. Sy es un hombre solitario, quien, en busca de consuelo a su situación, deposita su afecto en los Yorkins, una familia que acostumbra a capturar todos sus momentos felices en fotografías. A través de ellas Sy visualiza a una familia perfecta. Sin embargo, conforme se acerca a la imagen descubre que la realidad de sus protagonistas no es tan maravillosa como parece. Nina Yorkin (Connie Nielsen) está cansada del distanciamiento entre ella y Will (Michael Vartan), un esposo que le da todo menos el cariño que ahora deposita en otra parte. Por su parte Jacob (Dylan Smith) no es más que un tímido niño que acepta el cariño del “tío” Sy, quien a pesar de acercarse más y más no deja de estar lejos de los Yorkin. Pero eso está por cambiar luego de que la imagen comienza a derrumbarse… Sy no está dispuesto a que pase.



Robin Williams interpreta un papel distinto en esta cinta que lo presenta como un tímido desadaptado que inquieta con su obsesiva perfección en su trabajo y su insistente interés por la vida de otros. Williams enternece a la vez que preocupa con su interpretación. Poco a poco el cariño que se siente por el desvalido hombre se transforma en temor conforme queda claro que Sy no está dispuesto a que la perfección que han capturado las fotografías sea distinta a la realidad.


“Retratos de una obsesión” escapa a los elementos que tradicionalmente se utilizan para atrapar al espectador en los thrillers. Aquí no hay sangre ni violencia y mucho menos persecuciones en coche o explosiones. Romanek, quien también escribió el guion, se limita a dar pequeñas pistas luego de que introduce a Sy a la intimidad. De ese momento en adelante no hay instante en el que no se reevalúen las intenciones del protagonista. Y a pesar de que éstas puedan parecer terribles no se puede más que compadecerlo y esperar que no se meta en problemas.


Los límites se han roto. Aquello que no era más que una ilusión, un ideal, se desdibuja. La intimidad está por ser interrumpida. Nada es seguro ni privado. El cariño, la soledad y el deseo de protección resultan las más peligrosas armas. La trasgresión no puede ser más que una inquietante sorpresa... una sorpresa fascinante o un torbellino apabullante.

One Hour Photo

EE.UU. 2002

Director: Mark Romanek.

Reparto: Robin Williams, Connie Nielsen, Michael Vartan, Dylan Smith, Erin Daniels y Gary Cole.

Artículo inicialmente publicado en el periódico estudiantil “La Catarina” de la Universidad de las Américas-Puebla. Derechos Reservados de Carlos Andrés Mendiola H.

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