Sean ha vuelto. Anna (Nicole Kidman), su viuda, está a punto de contraer de nuevo nupcias. Hay un detalle más. Sean (Cameron Bright) es ahora un niño de diez años.
Jonathan Glazar regresa tras su prometedor debut (“Sexy Beast”, 2000) con este perturbador relato. “Reencarnación” como su nombre indica explora las posibilidades y consecuencias del regreso en un cuerpo distinto, pero con conciencia de la existencia anterior. Eso es lo atractivo de “Reencarnación”. El que Sean se presente como el esposo de Anna y que demuestre con datos y detalles precisos su identidad provoca una fuerte sorpresa, y es, sobre todo, un golpe a la estabilidad de la mujer. Pero lo es aún más, cuando Anna no sabe qué hacer. La viuda ha aceptado a un nuevo hombre, pero la posibilidad de recuperar su vida con el hombre, en cuerpo de niño, al que tanto amó es también tentadora.
“Reencarnación” es efectiva hasta que comienza el desenlace. Glazer interesa al espectador y tiene el acierto de dosificar el suspenso con un manejo del lenguaje más cercano al cine europeo que al norteamericano. El trabajo de Kidman (nominada por esta interpretación al Globo de Oro como Mejor Actriz Dramática) está lleno de sutilezas y una fuerza interior que refleja el conflicto de Anna tras descubrir un nuevo lado de sí. El niño Cameron Bright es también un punto a favor. Se muestra seguro y convincente, como si fuera un adulto atrapado en un cuerpo que no le corresponde. Lauren Bacall, Anne Heche y Peter Stormare completan el cuadro.
Controversial en su estreno, principalmente a causa de una escena en la que Anna y Sean se meten a bañar juntos en una tina, “Reencarnación” intenta poner sobre la mesa una respuesta a lo que existe después de la muerte. La relación entre los personajes principales no deja de lado el aspecto sexual, pero se enfoca mucho más en la intimidad emocional, que es, antes que todo, aquello que une a una pareja. El error está, sin embargo, en que después de un planteamiento interesante, el desenlace de la trama se da de manera simplista. Es una desilusión. Después de atreverse parece que al director le dio miedo continuar. Si “Reencarnación” hiciera con el tema que le ocupa, lo que “El Secreto de Vera Drake” (2004) hace con el aborto, sería una gran película.
La vida después de la muerte es una de las principales incógnitas para el ser humano y uno de los principales actos de fe. Sean dice en sus primeras líneas, “si perdiera a mi esposa, y al siguiente día, un pajarito se parara en mi ventana, me mirara directo a los ojos, y me dijera ‘Sean soy yo, Anna. He regresado.’ ¿Qué podría decir? Supongo que le creería. O desearía creerle...”. Pero la posibilidad de que sea, la duda, permanecerá.
Birth
EE.UU./Alemania 2004
Director: Jonathan Glazer.
Reparto: Nicole Kidman, Cameron Bright, Lauren Bacall, Anne Heche, Peter Stormare.
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