Escrita por Shia LaBeouf como parte de su proceso de terapia, la película cuenta en dos tiempos, sus inicios como actor en 2006 y, una década después, su internamiento en un centro de rehabilitación a causa de adicciones, excesos y una conducta errática. Hasta ahí, la cinta parecería ser una más dentro de las biopics que cuentan los altibajos en la vida del artista, pero "Honey Boy" es mucho, mucho más que eso. El filme sirve como un instrumento terapeútico, catártico y de expiación para LaBeouf, al tiempo en que es una carta de perdón para su padre e incluso para sí mismo. Es un trabajo muy sensible e introspectivo que explora el entramado de las relaciones padre-hijo, cómo definen y qué debe hacerse para romper con ciclos viciosos.
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