"Una vez consciente no puedes ser indiferente," Mía Pineda
"Emilia Pérez" escapa a la regla.
Ante "Emilia Pérez" no se puede ser indiferente, consciente o no. En cualquier caso, la consciencia devela una película diferente. La cinta debutó en el Festival de Cannes donde ganó el Premio del Jurado, Mejor Actriz (para sus cuatro actrices principales) y Mejor Soundtrack; es un musical. Tiene un 80% en el meta sitio Rotten Tomatoes y apunta para ser una de las películas del año en la temporada de premios, siendo, al parecer, junto a "Anora", una de dos películas prácticamente seguras como nominadas al Oscar a Mejor Actriz y en la categoría principal. Con todo, "Emilia Pérez" no ha estado lejos de la controversia. Los aspectos sobre la mesa: su presentación de una mujer trans, de las mujeres, la falta de latinos, mexicanos para ser precisos, en una película que habla de ellos, de nosotros; una visión ligera del narcotráfico y, en general, extranjera de temáticas que no le son cercanas ni un poquito a su director.
Jaques Audiard es un cineasta francés de 72 años. Su trayectoria es de alrededor de cinco décadas e incluye también créditos como guionista y productor. Ha ganado más de 70 premios internacionales, incluidos la Palma de Oro de Cannes y el León de Oro de Venecia. Es un director principalmente reconocido y conocido en Europa. Entre sus filmes más exitosos están "Un profeta" y "Metal y hueso". En "Emilia Pérez" adapta libremente la novela "Écoute" de Boris Razon.
Emilia Pérez (Karla Sofía Gascón) es protagonista y no del filme. Lo es porque es el detonante de los eventos, "el pretexto", pero quién tiene un arco narrativo completo o más completo es en realidad Rita (Zoe Saldaña). Rita es una abogada segundona en un bufete. Tras ganar un caso, recibe una oferta misteriosa de Juan "Manitas" Del Monte (Gascón), un buscado y peligroso narcotraficante. A cambio de ayudarlo a dejar a su familia a salvo, fingir su muerte y cambiar de identidad (de hombre a mujer), Rita se volverá rica. Rita accede, pero cuando ha cumplido su tarea llega una nueva oferta. Emilia quiere su apoyo para recuperar a sus hijos, ahora como su tía, y luego para iniciar "La Lucecita", una fundación que apoye a mujeres con familiares desaparecidos.
Hay algo cierto de "Emilia Pérez", es envolvente, fascinante. Desde el primer momento atrapa con la historia de Rita. Zoe Saldaña tiene uno de sus mejores personajes, quizás el mejor de su carrera. La actriz demuestra que más allá de ser buena en la acción y fantasía donde ha adquirido su principal fama gracias a "Avatar" y "Guardianes de la Galaxia" que es una presencia sólida y de gran capacidad histriónica. Su historia es la de un "underdog". Saldaña además da cuenta de que sabe bailar y cantar. Cuando sucede el primer número musical, en medio de una calle de la ciudad de México, el encanto se ha sellado y no dejará de hacerlo, por el contrario, conforme se avanza en la historia y se suman incógnitas.
Ahora, hay que decirlo, "Emilia Pérez" es una película tramposa. En el fondo es una suerte de historia de "sueño americano" envuelta en música, coreografías y color, con agenda "feminista" y de "igualdad de género". Y es que ésa es la cuestión, con su llamativo empaque y rápida historia, "Emilia Pérez" atrapa y oculta sus fallos. No es necesariamente un demérito para la experiencia que ofrece, pero sí es importante tenerlo presente porque "Emilia Pérez" podrá ser muy encantadora, como el propio personaje, pero no es perfecta y esos "errores" no ocultan ni anulan su pasado.
Hablando de "Emilia Pérez". Karla Sofía Gascón hace un gran trabajo. Es el personaje "de su vida" o al menos el más importante de su carrera hasta el momento; el anterior fue el que hizo en "Nosotros los Nobles" donde fue Peter Pintado (el novio de Bárbara, el personaje de Karla Souza; las Karlas le traen buena suerte). Es el personaje que le da título a la cinta y para muchos la protagonista y es algo a discutirse, sin duda. Vaya, para el Oscar ella es quién va en la categoría principal y Saldaña va en reparto, en gran medida por estrategia. Gascón tiene gran presencia y hace una gran transición entre "el manitas" y Emilia, aunque hay que decirlo, los prostéticos del inicio no son lo mejor de la película. Más allá de las buenas cualidades histriónicas de Gascón, su incursión como el rol titular es "histórica" justo porque es de las pocas ocasiones o la vez en que con mayor proyección sucede que un personaje con dichas características tiene tal proyección y es encarnado en realidad por una actriz trans. Con todo, no es la vez que mejor se ha hecho el retrato. Hay títulos mucho más sensibles al respecto como "Los chicos no lloran", "Transamérica", "Una mujer fantástica" o, incluso, la polémica “La chica danesa”.
Justo el desarrollo de los personajes es uno de los puntos débiles de "Emilia Pérez". Cuando uno mira con cuidado el único personaje que tiene en forma es el de Rita e incluso sobre él podrían tenerse dudas y es que, por ejemplo, en el propio planteamiento de la historia no queda del todo claro qué es lo que quiere, queda más bien subyugado a lo que quiere Emilia y Emilia lo que quiere es cambiar de sexo; tampoco queda claro del todo por qué acepta la oferta, antes no se le ha visto como alguien interesada y tampoco tiene una necesidad apremiante por dinero. No me malentiendan, hacer una transición de género es un gran objetivo y un viaje importante. La cuestión no está en el objetivo per se, sino en su desarrollo. Pasa muy rápido y no hay un cuidado por explorar la necesidad interna del personaje por transicionar y luego por comprender los efectos o enfrentar una nueva vida. Pareciera que la cirugía hace magia y, de repente, Emilia cae en cuenta de todo el daño que hizo y quiere ser una buena mujer. Es muy loable, pero no hace del todo sentido. Tampoco lo hace la manera tan fácil y rápida con la que se hacen procedimientos y demás. En la vida real, una persona trans busca hacer su transición para ser más quién es, para ir más a su esencia, no para ser alguien distinto. Es una gran diferencia y una a la que se llega con constancia y a través de un proceso, no una cita con un cirujano (no arreglarse la nariz o ponerse pechos).
El trasado de los personajes es un gran traspiés de "Emilia Pérez". Los personajes femeninos son interesantes, sin duda, pero se nota que Jaques Audiard no es una mujer y que no sabe del todo cómo mostrarlas en pantalla. Los otros dos roles importantes son Jessi (Selena Gómez), la joven esposa de "El Manitas", y madre dos, y Epifanía (Adriana Paz), una mujer que acude por ayuda a La Lucecita y luego se convierte en novia de Emilia. Las dos tienen buenos momentos, para Gómez, Jessi es una oportunidad de mostrarse como una actriz mucho más adulta. Hace una buena transición de la Jessi joven, enamorada y con ilusiones, a la mujer resentida. El giro final de tuerca de su personaje está entre lo extremo y lo inverosímil. Funciona para el dramatismo y el impacto que se consigue, pero no hay mucho que lo justifique antes. El único rol masculino de interés es el de Gustavo (Edgar Ramírez), el novio de Jessi.
Como musical, "Emilia Pérez" es atípica también. Los números sirven bien para mostrar más de los personajes. La puesta en escena es llamativa y si bien no son los números musicales más prístinos en términos de lo vocal salen avantes gracias a que no requieren de grandes voces. Están más en lo hablado o ligeramente rítmico. El único número con mayor demanda es el de Selena Gómez ("Perdóname"). Lo que los hace memorables está en las interpretaciones, coreografías, la puesta en escena y el uso del lenguaje audiovisual que juega con la colocación del espectador y que a veces parece ir hacia él y en otras invitarlo a sumarse. Varios de los números son memorables; entre los más llamativos está el de "El mal" donde Zoe Saldaña se mueve entre las mesas de una reunión de beneficencia.
El impacto que causa "Emilia Pérez" la hará llegar lejos, qué tanto está por verse. Tiene posibilidades de ser nominada al Oscar como Mejor Película, Mejor Actriz, Mejor Actriz de Reparto y seguro en varias categorías técnicas como pueden ser Fotografía, Diseño de Producción o Diseño Sonoro. Podría muy bien ser de esos casos muy nominados y sin un premio. Karla Sofía Gascón también representa la primera oportunidad para que la Academia nomine e incluso reconozca a una mujer trans. Ya es la primera mujer trans en ser reconocida en Cannes. Por cierto, el premio a Mejor Actriz en el Festival lo comparte con Saldaña, Gómez y Paz.
La igualdad de género, el empoderamiento femenino, la comunidad trans, el narcotráfico y los desaparecidos son algunos de los temas que toca y presenta "Emilia Pérez". Todos son temas relevantes, todos son temas vigentes. Ninguno es un tema tocado a profundidad. Están ahí, en la mesa. El retrato de México es también problemático y muy sintético, melodramático y telenovelesco, pero con un “twist”. Jaques Audiard ha dicho que no es su intención hacer un abordaje temático o un retrato realista, pero, entonces, ¿cuál es? Más aún, es un director que aborda puros temas que realmente no comprende y se nota. Quizás si lo hiciera desde un discurso de empoderamiento o búsqueda de identidad, algo más universal, pero tampoco lo hace. Es el problema de "Emilia Pérez". ¿Quién es "Emilia Pérez"?
No hay respuesta... o quizás sí. "Emilia Pérez" es una película. Es un espectáculo. Es una experiencia y como tal es una invitación no tan consciente a serlo y en ello al menos sí consigue algo, consciente o inconscientemente, evitar la indiferencia y ésa, ésa es la victoria de "Emilia Pérez".
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Francia 2024 - 2h 12m

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